Vida de perros

¿Qué fue del Espacio Joven?

Me tendría que remontar a enero de 2012 para buscar las palabras con las que anunciaba la botadura de nuestro Espacio Joven. Les hablaba allí, queridas personas, de un amanecer osado y de un concejal, Pablo Juan Martínez, comprometido con el proyecto así como con el desarrollo del recién nacido Consejo de Juventud. Era el momento de llenar aquel espacio de gente joven, de actividades, de vida. Y por tanto el momento de estudiar las necesidades y los gustos de la población a quien iba destinado el espacio. Con un poco de suerte y mucha atención y estrategia, suponíamos que en un par de años el proyecto de Juventud comenzaría a dar frutos.
Hoy ha pasado un lustro desde su inauguración, incluso hemos cambiado el color político de la persona responsable. Es un buen momento para hacer ese balance al que todavía no hemos podido acceder, en caso de que exista. El año pasado, en este mismo medio, echaba de menos un Plan de Juventud. Decía que además del desarrollo puntual o periódico de actividades infantiles y juveniles, debíamos contar con un plan que planteara unos objetivos. Está claro que para ir hacia algún lugar hemos de concretar cuál es ese lugar, o lo que es lo mismo: cuál es el objetivo. Hace cosa de un año, echaba de menos una evaluación de las actividades, de la vida del Espacio Joven. Una Evaluación que valorara si las actividades alcanzan los objetivos previstos, si esos objetivos son correctos o es necesario modificarlos, que valorara cuáles deben ser los nuevos objetivos. Una Evaluación que fuera capaz de darnos datos sobre los que actuar: sobre la disposición de los espacios, de los horarios; sobre la idoneidad del personal, en cuanto a número y/o formación, sobre el presupuesto.

De momento nos quedamos con lo que resulta más llamativo: campamentos, algún concierto y algún café teatro, pero desconocemos el grueso de actividades que se vienen realizando: la oferta diaria, semanal. Y no es que echemos de menos el Pocket lleno de propuestas, más de las que al final se acababan llevando a cabo al parecer. Pero, ¿hay un análisis al respecto, se estudia, incorporan y descartan actividades para hacer más atractiva la oferta? Poco sabemos también respecto a los aspectos puramente materiales: ¿funciona bien el espacio tal y como se diseño al inicio? (ya saben que en muchos casos los despachos de arquitectura no tienen mucho miramiento respecto al uso real de sus propuestas), ¿el espacio cuenta con el material suficiente para el desarrollo de las actividades: mesas, micrófonos, proyector de imagen...? ¿Se puede seguir trabajando con un presupuesto congelado durante años y años?

Con la llegada a la concejalía de Juventud de Luis Pardo, quizás pensé que encontraríamos cambios en la programación del Espacio Joven al aplicarse las políticas sobre juventud del partido Verde. Pero no ha sido así. ¿No hay políticas de Juventud? No lo sé, ciertamente. Lo que sí sé es que si las hay no han aparecido, al menos en cuanto se puede ver desde aquí afuera. Parece entonces que podría no existir gran diferencia entre lo que uno u otro partido tiene previsto para nuestra infancia y nuestra juventud. Espero que no, y si es así creo que a mitad de legislatura va llegando el momento de mostrar las cartas. Nuestra concejalía precisa un proyecto, no diré consensuado que ya es mucho pedir. Necesitamos un proyecto a medio plazo que no se preocupe tanto por llenar horas y espacio, y esté centrado en lo verdaderamente importante: camino a seguir. Preocupado por atraer jóvenes para dar alternativas de ocio, para facilitar información, o para trabajar en conjunto campañas de interés social: bulling, drogas, sexo... La impresión que hoy tengo de todo esto es que contamos con el espacio, contamos con el personal y falta aplicar el cerebro. Aunque resulte obvio es necesario recordarlo: si no nos preocupamos de la Juventud no nos preocupamos de nuestro futuro.

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