Medio Ambiente

Reciclados del Mediterráneo se niega a recibir el vertido de pescado quemado en Albal

Aunque hasta ayer mismo estaba previsto que la planta de Reciclados del Mediterráneo recibiera 1.000 de las 3.000 toneladas de pescado congelado echadas a perder en el incendio de una nave industrial en la localidad valenciana de Albal, situación confirmada por la propia empresa, su director medioambiental, Antonio Mira, ha dado marcha atrás a la situación y se ha negado a recibir ni un solo camión por los perjuicios que pudiera ocasionar a Villena.
Según ha podido saber El Periódico de Villena, el envío había sido autorizado por las Consellerias de Sanidad y Medio Ambiente, que habían decidido repartir entre tres vertederos de la provincia de Alicante las 3.000 toneladas de pescado quemadas, en su mayoría procedentes de Marruecos y la India.

Según fuentes de la planta receptora consultadas por EPdV, el vertido no estaría compuesto únicamente con los restos del pescado, sino que éstos estarán mezclados con escombro, acero, cartón y plástico, materiales que conformaban la estructura de la propia nave que ha ardido así como eran utilizados para embalar y trasladar el género. Asimismo, fuentes solventes han señalado que antes de autorizarse el envío se había alcanzado un acuerdo entre el ayuntamiento de Villena y la Generalitat Valenciana, extremo éste que no hemos podido confirmar por ahora, ya que son pocos los responsables políticos en activo en estos momentos.

En el momento de redactar estas líneas el envío no había llegado a dar comienzo, ya que se estaba procediendo a demoler y tirar las paredes de la nave quemada en Albal. Una vez sean cargados los camiones, éstos serán precintados por miembros de la Conselleria de Sanidad a fin de garantizar que el pescado no será destinado al consumo humano. La ingesta de este género podría ser muy perjudicial para la salud, ya que se ha quebrado la “cadena del frío”, que garantiza la conservación y salubridad de los alimentos congelados.

Un problema de salud pública
Una vez más, como ya sucediera hace un par de años, se ha puesto de manifiesto la poca capacidad de los vertederos de la provincia de Valencia, lo que ocasiona que ante el cierre de uno de ellos o una situación de emergencia como la que nos ocupa, las autoridades dirijan su vista a las plantas alicantinas. En este caso, la retirada de las tres mil toneladas que se han echado a perder en el incendio debe hacerse de manera inmediata, ya que en pocos días el olor que puede provocar el pescado en descomposición podría generar problemas en las zonas habitadas próximas.

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