Cartas al Director

Reflexión sobre el debate de investidura y la situación política

Hoy se empieza a debatir una nueva investidura, después de dos elecciones generales en donde no se ha hecho más que confirmar la mediocridad de nuestra clase política más preocupada en salvarse a sí misma de los diferentes resultados electorales como si de otros tiempos se tratara en donde se construían fortalezas para defender posiciones, preocupada en mantener un discurso inicial basado en unos supuestos principios pero que se alejan totalmente de la necesidad de hacer y crear políticas basadas en el consenso, el diálogo y la negociación condiciones imprescindibles para estos tiempos en donde, por dos veces consecutivas, la población ha decidido no dar la mayoría suficiente a ningún partido político para gobernar en solitario, ni que la suma de bloques tradicionales, izquierda por un lado y la derecha por otro puedan juntarse para así formar esas mayorías parlamentarias.
Por lo contrario los resultados electorales nos dan a entender que los dos grupos enfrentados desde siempre deben dejar sus desavenencias para ponerse de acuerdo en los cambios necesarios para hacer crecer este país pero lamentablemente llevamos 9 meses que asistimos a un espectáculo de intereses donde el NO ha sido la respuesta más escuchada. Entre todos estos partidos Ciudadanos ha sabido estar a la altura de las circunstancias leyendo perfectamente lo que la situación requería, lo que los tiempos marcaban y tanto el 20D como el 26J hemos dado el primer paso para negociar con aquella persona que la constitución y el rey designaban para formar gobierno, sin mirar el color pero si exigiendo reformas y no sillones que den un vuelco a la situación de este país. Ciudadanos ha entendido el mandado de los votantes, el diálogo, y desde nuestro programa electoral hemos querido llegar acuerdos tanto con el PSOE como ahora con el PP entendiendo que la necesidad hace al hombre y entendiendo que es un momento único para el cambio.

Es cierto que desde un principio pedíamos una renovación al PP para poder negociar con ellos, renovación a todas horas necesarias por los casos y casos de corrupción que asolan a este partido pero que no hay que olvidar que no es sólo de ahora ni de este único partido ya que el PSOE a lo largo de su historia en democracia ha tenido y tiene diferentes casos de corrupción a sus espaldas. Este mal hay que eliminarlo de raíz pues encuentra protección en las entrañas del Estado, no en vano Aulo Gelio en su obra “Noches Aticas” del siglo II ponía en boca de Catón una frase que hoy en día sigue vigente y que sigue causando indignación entre la ciudadanía hoy en día, dice así: “Los ladrones de robos privados pasan la vida en la cárcel y con cadenas; los ladrones de lo público, entre el oro y la púrpura”.

Ciudadanos plantea cambios estructurales ante la corrupción de los partidos políticos, plantea adelgazamiento de las instituciones para evitar duplicidades como gastos innecesarios y en donde campan a sus anchas una clase política acostumbrada a cortijos particulares. Han sido la aceptación de esas condiciones el punto de partida necesario para sentarse a negociar un documento con 150 reformas en las que 100 de ellas ya firmó el Psoe con anterioridad con medidas como un Plan para la pobreza infantil, gratuidad en los libros de texto, complementos salarial para las rentas bajas etc. Ciudadanos ha hecho su trabajo, ha tragado orgullo y se ha remangado para trabajar y conseguir aquellas reformas que presentábamos en nuestro programa convencidos que la posible legislatura que se nos presenta está llena de desafíos, de largos debates y de consensos programáticos si la clase política está a la altura de lo que se le pide pero a pocas horas de la posible investidura el fantasma de las terceras elecciones sigue presente ya que el resto de las fuerzas no se han dado cuenta de que no es lo mismo presidir que gobernar ya que estamos en una situación única, donde no existen mayorías ni bloques mayoritarios, de realizar un gobierno desde el diálogo con todas las fuerzas políticas constitucionalistas, un momento donde las ideologías se diluyen con las realidades y necesidades del momento, donde la gestión del día a día impide grandes cargas ideológicas y si muchas dosis de pragmatismo y pongamos un ejemplo, en nuestro municipio el actual gobierno se jacta constantemente de pagar la deuda contraída años atrás y de dedicar el superávit a reducir tal menester en contraposición de lo que pregonan constantemente sus socios de campaña en las autonómicas, Compromís, y en las generales, Podemos, que hablan de economías expansivas de inversión.

Los Verdes, en este punto, hacen políticas conservadoras más cercanas a gobiernos de derechas, no es malo endeudarse si se tiene capacidad de pagar pero dedicar el superávit a pagar más deuda está lejos de lo que la izquierda tradicionalmente pregona por lo que la ideología se convierte en un simple discurso lejos de la realidad practicada. Ciudadanos en medio de discursos ideológicos emerge como un referente capaz de dialogar a su izquierda y a su derecha pero lo que es más importante capaz de conseguir cambios y de tener sentido de Estado. La historia nos enseña siempre anécdotas de personajes ilustres, en esta tenemos a Seleuco, gobernante griego el cual se vio obligado a cumplir una sentencia contra su hijo por adulterio que consistía en extraerle los dos ojos para después ajusticiarlo pero el pueblo se apiadó de Seleuco perdonando tal hecho y este en un acto de responsabilidad extrema dijo que no cumpliría toda la pena pero si parte de ella quitando un ojo a su hijo y otro a él mismo alegando que quizás también él fuera responsable por no educar bien a su vástago. Llegados a este punto es responsabilidad de nuestros políticos que no hayan unas terceras elecciones, responsabilidad esta que tiene que ser asumida para bien o para mal y en la que algunos han dado un paso al frente y quizás otros deberían darlo a un lado

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