Escena 1
-Avelino, buenos días. ¿Sabe usted si está el alcalde?
-Buenos días, Ina. En este momento ha salido pero, si me deja el recado, en cuanto venga se lo entrego.
-¡Perfecto! Dígale, por favor, que he venido y que me llame.
-Así lo haré. ¿Algo más?
-No, con eso es suficiente, gracias. Hasta luego, Avelino.
-Hasta luego, Ina.
Escena 2
-Buenos días, Ina. Me ha dicho Avelino que has venido buscándome. ¿Ha sucedido algo?
-Buenos días, he hablado con Antón y tiene algo muy interesante para mostrarnos.
-¿No me puedes anticipar de qué se trata?
-Mejor en persona. He quedado con Sonia a las 8 aquí, en la Biblioteca. Vendrán también Manuel e Isabel.
-¡Joer! ¡La plana mayor de la cultura del municipio! Parece que la cosa es muy interesante.
-Por eso tienes que venir.
-Allí estaré.
Escena 3
-Muchas gracias a todos por venir. Os dejo con Antón, que os va a explicar mejor que nadie los detalles de su descubrimiento.
-Buenas noches, gracias por venir. Como todos sabéis, ando investigando entre un montón de documentos para el nuevo disco de Trovadea. Resulta que, entre multitud de papeles antiguos, he descubierto un romance del que no se tenía constancia. Con ayuda de Ina, he investigado sobre su procedencia y, podemos asegurar que se trata de una pieza de los llamados romances fronterizos, del siglo XV, emparentado con el Romance por la pérdida de Alhama, probablemente del mismo autor. Esto puede enriquecer notablemente nuestro patrimonio histórico. Creemos, casi con absoluta certeza, que fue escrito en nuestra ciudad, por lo cual, estamos ante un documento que arroja cierta luz sobre las costumbres de nuestra zona en el final de la Edad Media. Por eso os hemos hecho venir. Hemos preparado una transcripción de dicho romance, que va a proceder a leer la propia Ina.
-Gracias, Antón.
Escena 4
ROMANCE DE ZULEYMA Y ADALBERTO
I
Madruga el conde Adalberto
en la Sierra del Marjal
quel rey moro de la villa
anoche hizo le llamar.
Treszientas lanzas defienden
al rey moro del lugar
contra treinta mil jinetes,
orgullo de cristiandad
que, bajo el mando del conde,
quieren la plaza tomar.
Desto quiere hablar el moro
e por esto hace llamar
al conde don Adalberto
el rey moro del lugar,
para salvar a sus gentes
y el su honor salvaguardar.
La cita será en la puerta
que llaman del Olivar
e han de verse cara a cara
justo a los gallos cantar.
II
A las puertas del castillo,
el conde llegado se ha.
Ya baja del su caballo
e aguarda en el olivar
al rey moro de la villa,
justo a los gallos cantar.
Escondida tras las zarzas
la tropa morisca está,
para hacer preso a Adalberto
questa mañana fatal,
desta celada traidora
no se ha podido zafar
e a todo el que le acompaña,
pasado a cuchillo lo han.
Lo han cargado de cadenas
como si fuere animal
e lo llevan al palacio
justo a los gallos cantar.
Pero uno de los del Conde
escapa del olivar
et da cuenta del suceso
a un cristiano capitán
que llaman don Nuño López
que crédito apenas da
a lo que cuenta el soldado
que vivió en el olivar
la traición del infiel moro,
del traidor hijo de Alá.
E a Nuño se le arde el pecho
su ejército ordena armar
et manda preparar guerra
para al conde rescatar
e a ese moro traicionero
arrebatar la ciudad
e allanar las sus almenas
et sembrar de sangre et sal
sus torreones e tierras
pues la ofensa han de pagar.
III
Entretanto en el palacio
entrando al conde ya están
et lo llevan ante el moro
ante el rey de la ciudad
que ordena que la mazmorra
comiencen a preparar.
Zuleyma, la hija del moro,
se ha detenido a mirar
con curiosidad al conde
del que tanto escucha hablar.
Al ver al encadenado
enamorado se ha
e compadece al cautivo
e a su padre hace jurar
que no ha de mesar ni un vello
ni ha de hacerle ningún mal
que es más ventajoso vivo
para salvar la ciudad.
Y el rey, que adora a Zuleyma,
promete no lacerar
ni lastimar al cautivo
que tan encadenado va
E así, la mora al cristiano
le trae vino et le da pan
et le cubre con sus besos
hasta los gallos cantar.
IV
A los pies de la muralla
la hueste cristiana está.
Ya han derribado las puertas
et saquean la ciudad.
Se han llegado hasta el palacio
e al rey moro caza dan
et le dan muerte allí mismo
antes de que pueda hablar.
También prenden a Zuleyma
e muy maltrato le dan
e muere junto a su padre
por el delito de amar.
Et ya allanan las murallas
et sembran de sangre e de sal
para que no crezca yerba
ni se alimente animal
ni respire ser alguno
desta maldita ciudad.
Mas el conde ve a Zuleyma
como un loco echa a llorar
e abraza el cuerpo sin vida
comienza a desesperar
et manda llamar a Nuño
para que pueda explicar
si puede, la gran ultranza
que ha ocurrido en la ciudad.
Nuño López justifica
su orden por rescatar
al conde deste rey moro
caudillo desta ciudad.
Ya su espada empuña el conde
e a Nuño face inclinar
et ponerse de rodillas
et jurar que no es verdad
que la traición es delito
como es delito el amar.
Nuño López palidece
no sabe qué contestar
e Adalberto, de un mandoble
ejecuta al capitán
et manda que de la almena,
para que haga recordar,
que el dar amor no es delito
ni es traicionero el amar,
cuelguen los restos mortales
de Nuño, su capitán.
Et creyendo sus soldados
que al conde hechizado le han
hunden en él las sus lanzas
con muy trágico final.
Todo ocurrió como cuento,
todo ocurrió como tal
y ansí lo cuento, senyores,
justo a los gallos cantar.
Y, mientras los allí reunidos quedan perplejos ante el descubrimiento del trovador y la bibliotecaria, nosotros, estimado lector, damos por concluido este pasaje de la historia de nuestro municipio. Feliz día del libro.