Escena 1
- Avelino, ¿podría contactar con los del Simposio por si necesitan algo para lo de esta noche?
- No se preocupe, señor Alcañiz: lo tienen todo controlado. ¿Cómo van Clara y el niño ¿Cedric, me dijo?
- Valdric… es que Clara es muy fan de la cultura nórdica.
- … y de La víbora negra…
- Sí… ellos están bien… con su lactancia y eso.
- Es una etapa muy tierna, aunque complicada, don Juan José. La falta de sueño…
- Pues no lo sé: duermo en la habitación del niño, la verdad. Por cierto, Avelino, no descuide lo de esta noche. Es imprescindible que todo salga a la perfección: esto nos puede poner en el mapa internacional.
- Quede tranquilo, señor Alcañiz
Escena 2
- Celebrar un evento de esta magnitud es, como poco, gratificante para nuestra ciudad. Muy pocas veces, por no decir escasísimas, podemos tener el placer de ser partícipes de reuniones de grandes pensadores de nuestro tiempo y, mucho menos, tenerlos en nuestro municipio.
Vamos a disfrutar de las ponencias de doctores en la materia, que nos expondrán, desde diferentes ángulos, el resultado de sus investigaciones. Sepan además que, esta oportunidad, nos viene dada de la mano por una figura internacional, así que nuestro gozo es aun mayor: muchísimas gracias, señor O’Dowd. No me extiendo más: como teniente de alcalde de nuestra población, doy por inaugurado el Primer Simposio de Curiosidades Musicales Around The World. Cedo la palabra a Mr. O’Dowd. - Buenas noches: En primer lugar, debo decirles que, lo que van a escuchar y/o leer en mi intervención en este capítulo, es una traducción simultánea de Suri, la asistente virtual del traductor del Google dado que, como ustedes sabrán, soy muy inglés y, a los ingleses no nos interesan una mierda los idiomas que no sean el de Shakespeare. Shakespiriano que es uno.
No sé si sabrán que, en EE.UU. no me dejaron entrar durante cuatro años… que ahora mismo no recuerdo por qué… ¡qué cabecica la mía! ¡Claro! ¡Como siempre estoy con la cabeza llena de diseños, trenzas y esas cosas ochenteras tan brillantísimas! No es por na, pero si no llega a ser por mí, los sombreros cordobeses estarían en declive. Imagínense a un tío en una mercería y dice: “hola, vengo a por un sombrero cordobés”. Al dependiente, por supuesto, se le queda el culo torcido y replica: “¡Pero hombre de Dios! ¡Eso está más pasao que las camisetas de redecilla! ¡Llévese un panamá, que verá qué bien le queda con sus ojos!”, pero nuestro hombre lo tiene claro: “¡No, no! ¡Quiero un sombrero cordobés, como Boy George!”… “¡Hombre!¡Haber empezao por ahí! ¿Lo quiere estampado de paramecios o de color fucsia London?”. ¡Ahora estamos hablando, pajarel!”. Pues eso es lo que pasa con mi música, que creo que es brillantísima. Me considero mucho más que un cantante de blues. ¡Que soy Boy George, tío!¡F**ck y**, United States! Bueno, no quiero ser una figura de desilusión. Lo de los asteriscos es cosa de la Suri: yo me ca** en los p**tos m***tos de los cincuen** y un Es**dos de La Unión. - Hola, soy Rafa. ¿Alguien ha nombrado a la Unión?¿Alguien haría conmigo una versión del Lobo-hombre en París?
- Oh, my G*d! Míster Alcañiz, ¿quién demonios es este tipo?
- Nadie, nadie, señor George. No mantenga contacto visual y, al final, verá cómo se cansa y se va.
Escena 3
- Podemos asegurar que, cuando los Bee Gees compusieron la canción, uno de los tres hermanos tuvo una desventura amorosa, aunque nunca quisieron hacer público de cual de los Geeb se trataba. Así pues, la idea del falsete fue fruto de una horquitis aguda, que elevó el tono hasta un, inusitado hasta la fecha, SI dominante menor en cuarta octava. La temática lírica de la pieza, de corte profundamente desgarrado, es introducida por un riff de guitarra de dimensiones bíblicas, con lo cual, el dramatismo neorromántico alcanza el cénit tras la primera estrofa, con un estribillo brillantísimo (CANTA): ¡Tragedy! ¡An aiguan tu fain, an ai guan tumorrou, nananady…!
Escena 4
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De hecho, el que Yoko apareciera convaleciente y ordenase instalar una cama en Abbey Road, es la mejor prueba de que, lo único que buscaba, era asegurar la calidad musical del último disco de los cuatro de Liverpool, puesto que había estudiado música (según afirmaba John Lennon). Así pues, podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que la culpa de la separación de los Beatles NO fue Yoko Ono. ¡Chúpate esa, Strawberry! ¡Todos sabemos que sacaste tu nombre artístico de Strawberry fields forever!
(Varias horas más tarde)
… y, tras investigar sobre la separación de los Fab four, firmemente apoyado en los estudios fisiognómicos de los doctores en medicina forense Gabriella Carlesi y Francesco Gavazzeni, podemos vislumbrar que, la causa real de la ruptura del grupo fue que Paul McCartney no era la misma persona en 1965 que en 1967. ¿El motivo? Que el 9 de noviembre, el bajista, tras abandonar los estudios airado a causa de una discusión con Lennon, tuvo un accidente de coche, resultando decapitado y calcinado tras la explosión. ¡Como se lo cuento! ¡El vejete gracioso al que llaman Sir Paul McCartney es un impostor! ¿Cómo se os queda el cuerpo serrano? Esto se puede atestiguar en las portadas de los discos posteriores a 1966 (como el coche de juguete que simula un accidente en la de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band) y en varios experimentos, como el realizado por un estudiante de la Universidad del Este de Michigan llamado Tom, que reprodujo Revolution 9 del revés, descubriendo que, claramente se podía escuchar la frase “Turn on, dead man”, arrojando luz sobre el misterio: Paul Is Dead. ¿Alguna pregunta?
-
¿Me puedes sellar el ticket del parking?
Escenas 5, 6, 7 y 8
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Bla bla bla bla bla bla, bla bla bla, bla bla bla bla bla bla bla. Bla bla bla bla, bla bla, bla bla bla bla bla bla…
Escena 9
- ¿Qué te pareció el simposio, Juanjo?
- Realmente interesante, alcalde.
- Al final, vas a resultar ser un político brillante. Te auguro una carrera prometedora.
- ¿Qué quieres decir?
- Que traer a Camela y hacer el simposio este es, de lejos, lo que más necesita la gente del pueblo en este momento.
- …
Dedicado a todos aquellos que potencian el comercio y el talento local.