Abandonad toda esperanza

Sin spoilers ni prejuicios

Abandonad toda esperanza, salmo 457º
Como ya habrán notado, el género negro y el cómic son dos de mis grandes pasiones; y por tanto resulta lógico que acabe leyendo todo tebeo de temática policíaca que caiga en mis manos. Acto seguido, y porque disfruto haciendo proselitismo con aquello que me gusta, he estado redactando críticas más o menos elaboradas en su mayoría para la revista digital Calibre .38, cita ineludible para los internautas amantes del género que dirige el escritor y crítico Ricardo Bosque con el buen gusto que le caracteriza. No obstante, durante los últimos meses otros compromisos profesionales me han impedido cumplir con esta rutina autoimpuesta, algo que sin duda mi buen amigo Ricardo habrá advertido pero que, educado y prudente como es, no me ha recriminado en ningún momento. Mientras tanto, los cómics pendientes de lectura y/o reseña se han ido acumulando peligrosamente a la espera de un período vacacional como esta Semana Santa que, después de hacerse mucho de rogar, por fin tenemos a la vuelta de la esquina.

Dicho esto, no me gustaría que algunas joyas del cómic negro más reciente pasasen desapercibidas, y he pensado en aprovechar esta última columna previa a la Pascua para recomendárselas. Es de justicia empezar con uno de los grandes descubrimientos que me ha deparado el medio últimamente: Anthony Pastor. A este hijo de español y francesa que reside y trabaja en el país vecino lo descubrí gracias a esa joya titulada Castilla Drive, que no me canso de recomendar allí donde me dejan (como en la citada Calibre .38, donde si gustan pueden leer lo que escribí sobre ella en su día). No contento con elaborar este cóctel perfecto de la obra de dos familias de hermanos tan variopintas como los Hernandez (autores imprescindibles del cómic indie) y los Coen (sobre todo, los de Sangre fácil y Fargo), Pastor continúa contándonos la vida de la detective Sally Salinger y el resto de habitantes de la localidad ficticia de Trituro en dos entregas más: por un lado, la ambiciosa Caramelos atómicos arranca donde terminaba la anterior, con Sally embarcada en una nueva relación sentimental y un nuevo caso profesional; por otro lado, la breve historieta Caso para dos es una precuela en toda regla, donde conocemos por fin al marido desaparecido de la protagonista y cómo esta acabó heredando su negocio. Ambos títulos son, por supuesto, de lectura indispensable para conocer a uno de los autores más prometedores no ya del género, sino del cómic europeo actual.

Si hablamos de escritores capaces de crear personajes femeninos memorables, es inevitable mencionar al padre de Carrie Stetko o Tara Chace, las protagonistas de los espléndidos Whiteout o Queen & Country: Greg Rucka. El guionista estadounidense, aquí en compañía del dibujante Matthew Southworth, sigue fiel al género con su nueva serie policíaca, Stumptown, protagonizada por una ex marine reconvertida en investigadora privada y construida siguiendo al pie de la letra los estilemas clásicos del género; un ejercicio respetuoso y manufacturado con tanto oficio que leer su primera aventura, cuyo rocambolesco título es "El caso de la chica que se llevó el champú (pero se dejó el mini)", supone una gozada de principio a fin.

Para terminar con los deberes de Semana Santa, ahí va una tercera recomendación: el guionista Fabien Nury y el dibujante Brüno han creado con Tyler Cross una versión en viñetas del género negro menos próxima al polar galo (aunque se trate de una serie francesa) y más cercana en cambio a su encarnación afín al western; una mirada fronteriza ambientada en los años 50 y emparentada con las novelas pioneras de Dashiell Hammett, la narrativa de Jim Thompson o algunos filmes de Sam Peckinpah. El protagonista, cuyo nombre da título a la serie, es un pistolero de sangre fría que acaba con sus huesos en un pequeño pueblo de Texas gobernado por una familia adinerada. Como podrán imaginar, la inevitable confrontación entre ellos acabará como el rosario de la aurora... pero no seré yo quien les haga un spoiler a traición. Lean el cómic, y también los otros mencionados, y disfrútenlos como se merecen: con los menos prejuicios posibles.

Caramelos atómicos / Caso para dos, Stumptown y Tyler Cross están editados por La Cúpula, Planeta de Agostini Comics y Dibbuks respectivamente.

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