Viéndolas pasar

Transferencias hídricas

Y un jamón con chorreras, Don Mariano. De modo que por estas tierras nos hemos estado dando de bofetadas defendiendo el trasvase del Ebro, denunciando que el PSOE se había plegado a los intereses e imposiciones de los nacionalistas y de los separatistas de Cataluña y ahora llega Ud. y nos dice que hablaremos de transferencias hídricas y no del trasvase del Ebro. Y lo que más duele es que se percibe que es una forma de plegarse ante los populares aragoneses, al menos eso es lo que parece y lo que dicen algunos medios de comunicación.
¿Con qué cara puedo yo mirar ahora, por ejemplo, al Sr. Santamaría, centro de muchas de mis críticas por su actitud cambiante en los asuntos de los trasvases a nuestra ciudad? ¿Cómo puedo resarcir el posible daño inflingido a quienes se han opuesto al trasvase del Ebro y ya de paso, al del Júcar desde Cortes de Pallás?

Me duele, y me duele mucho, pensar que he podido ser títere de unos intereses políticos tan cambiantes como cambiantes me parecen aquellos a los que criticaba por mantener discursos variados dependiendo del lugar en el que daban sus mítines. Yo he creído con firmeza en la defensa del trasvase del Ebro y he alimentado y engrosado mis argumentos en base a los que escuchaba y leía de Don Mariano y hoy me siento completamente estúpido, es más, me siento abandonado y lo que es peor, utilizado.

Creo que muchas otras personas de a pie, como yo, se sentirán identificados con lo que siento y escribo, merecemos una explicación mucho más seria que el mero “queda bien” político, queremos saber la verdad, toda la verdad. ¿Por qué hasta ayer era fundamental el trasvase del Ebro, y hoy lo denomina Transferencias hídricas? Lo más importante es que llegue el agua, sin duda, pero para mí y para muchos otros, es necesario y muy importante saber a qué se debe el cambio de actitud.

Probablemente le dé mi voto porque no creo en la ^alternativa^ a pesar de que preferiría ver a una paisana como la Sra. Tortosa en el Congreso de los Diputados, y también porque Rosa Díez todavía no es alternativa de gobierno. Pero debería tener en cuenta que como yo, muchos otros valencianos y murcianos, le estaremos votando no gracias a, sino a pesar de, su cambio de actitud ante el trasvase del Ebro. Si a las primeras de cambio modificamos el discurso inequívoco que manteníamos sobre la unidad solidaria en temas hídricos, ¿quién me asegura que mañana no le escucharé a Ud. calificar de “hombre de paz” a cualquiera?

Ay, Doña Cuaresma, la del gesto agrio, ha triunfado y de qué manera lo ha hecho. Y ya que entro en ese discurso, por qué no traer a colación otro párrafo más: ¡Cuántas vueltas da la vida, y qué imprevisibles son, en medio de la mudanza, los sentimientos, capaces de regalarnos un destello de ilusión en un momento difícil, o de refrenar el optimismo con un punto de inquietud!

¡Menudos dos “éxitos”, Don Mariano, a un mes de las elecciones! Difícil remediarlo, difícil enmendar el daño ocasionado a esta zona de España, leal y solidaria como no hay otra. No sé si ganará, Don Mariano, pero si lo logra, no verá en muchos de nosotros el rostro alegre de una feliz victoria sino el del conformismo de ver ganar al menos malo, y eso no es bueno.

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