De recuerdos y lunas

Transferencias puntuales

A pesar de las urgencias que son comprensibles cuando aprieta la sed, en España nos entretenemos pronunciando palabras y meandrizamos en el río del habla, mareamos la perdiz con circunlocuciones eufemísticas cuando no queremos decir lo que no queremos decir. Así ha sido con el trasvase del Ebro a Barcelona con el que se ha bautizado por inmersión plena la nueva legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, secando credibilidad, porque por no querer decir "trasvase" se ha dicho, haciendo rodeo y el ridículo sinvergüenza, "aportación puntual", "transferencia puntual" y, definitivamente, "conducción urgente".

La RAE, si sirve para estas cosas, es clara: "trasvase" es igual a transvase, acción y efecto de transvasar. Y "transvasar" (De trans-, de una parte a otra, y vaso) es pasar un líquido de un recipiente a otro. "Aportación", que viene del latín apportatĭo, -ōnis, es acción y efecto de aportar; y "aportar" (Del latín apportāre, de ad, a, y portāre, llevar) es en su primera acepción, contribuir, añadir, dar; y en la cuarta –menos usada–, llevar, conducir, traer. Al tiempo, "transferencia" (Del latín transferens, -entis, participio activo de transferre) es acción y efecto de transferir que, también del latín transferre, significa –más ampliamente y no sólo líquidos– pasar o llevar algo desde un lugar a otro. Por último, "conducción" (Del latín conductĭo,-ōnis), significa acción y efecto de conducir, llevar o guiar algo; o conjunto de conductos dispuestos para el paso de algún fluido. Al cabo, huyendo de decir "trasvase" resulta que los términos "conducción", "aportación" y "transferencia", por ser más abiertos en su campo semántico, se adaptan más a la realidad, porque para que el agua llegue a Barcelona desde el Ebro, amén de líquido, necesitan transferir dineros para la obra, unos 160 ó 180 millones de euros.

La fuga lingüística ha traído cachondeos. Por no llorar. Aquí mismo en EPdV, en el foro de la edición digital. Nosotros mismos, al enterarnos de que José Montilla president había dicho lo de la "aportación puntual de agua" colgamos para nuestro colega Joseph el siguiente comentario: "Joseph, te lo prometo, la próxima vez que nos veamos te pediré, en vez de una copa de vino, una aportación puntual de vino. En vez de un tercio, una aportación puntual de cebada fermentada". A lo que, pronto y con divertido ingenio, se sumó Observador escribiendo: "Voy corriendo pá La Caixa, a ver si me hacen una aportación puntual de liquidez y así no tengo préstamos".

La perífrasis "aportación puntual de..." y las otras, están dando mucho de sí. Así, ya no hablo en el recreo con mis compañeros, sino que aporto puntualmente mis inquietudes didácticas, políticas, cotidianas... Aquí, para EPdV ya no escribo, sino que transfiero puntualmente mis opiniones, mi memoria y mis desvelos, recuerdos y lunas, utilizando grafías determinadas por la ortografía y construcciones según la gramática. Y desde entonces, tampoco como, sino que puntualmente aporto vitaminas, grasas, hidratos a mi organismo. Ni siquiera me muevo, porque conduzco puntualmente energía a mis órganos de fibras contráctiles situados en la parte inferior o superior de mi conjunto de sistemas orgánicos. Y así con muchas acciones. Tampoco beso, ni acaricio, ni mimo. Aporto, transfiero y conduzco mis sentimientos a través de mis labios, de mis manos, de mi querencia.

Por pudor, no apuntamos las versiones transmutadas de "coitar" en este laberinto de palabras que resulta al aplicar las espitas "aportación, transferencia o conducción de". Mejor dejarlo aquí y reivindicar las voces puras. Las voces no corrompidas por la política falaz que insulta a los ciudadanos tomándolos por tontos. De cualquier modo, "coitar" tiene ya demasiados eufemismos y perífrasis. Según caso.

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