Viéndolas pasar

Trasvase del Ebro

Creyendo que ya estaba todo dicho sobre el politizado trasvase del Ebro, aquel que derogase Zapatero nada más comenzar su legislatura condenando a nuestra tierra, en especial a Villena, a pasar más sed que un esquimal en el Sahara, me he encontrado en la 17 del Diario Información del sábado 14 de los corrientes, una breve noticia en la que se da un poco de luz a la esperanza de que dicho trasvase pudiera ser una realidad.
Bajo la denominación de Plan Hidrológico Marino, el autor, un ingeniero industrial investigador castellano-manchego de nombre Antonio Ibáñez de Alba, propone la canalización del agua captada a unos 500 m. de la desembocadura del río más caudaloso de España –que nace allá por Cantabria y que tiene su desembocadura, únicamente desembocadura, en Cataluña–. Dicha canalización, siempre según lo publicado, constaría de 500 km. de tuberías que trasladarían el agua desde el Delta del Ebro, ya en “aguas internacionales” del Mediterráneo, hasta la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería.

Puesto que algunos alcaldes retiraron la protección a los terrenos por donde discurriría el trasvase original, haciendo un flaco favor a nuestra ciudad, la solución de la canalización marina me parece de lo más innovador y acertado. Su autor dice que el coste sería un 50% menor que el originalmente planteado en el semiderogado P.H.N. y que dicha solución no produce impacto ambiental, microclimas ni daños ecológicos, además de la reducción del coste de ejecución: este proyecto acortaría en idéntica tasa, el 50%, el tiempo necesario para disponer en estas necesitadas tierras del agua procedente del Ebro pero, insisto, captadas ya dentro del mar Mediterráneo.

Este trasvase, parece ser, respeta la Ley de Costas y Aguas y asegura que el agua superficial trasvasable es totalmente potable y apta para el regadío. También indica el estudio que la obra, que discurriría a profundidades de unos 20 o 30 m., permitiría ser realizada por empresas españolas.

Bajando al nivel que me es propio de ciudadano de a pie, incapaz de discutir si la idea es o no técnica y científicamente viable, recurro al sentido común, una vez más, y si existe la más mínima posibilidad de que dicho trasvase marino resulte factible, apoyo de buen grado que sea planteado allá donde sea necesario para su puesta en marcha de forma inmediata. No obstante, me surgen algunas dudas sobre cómo lo tomarían aquellos radicales que politizaron esta parte del P.H.N. por el mero hecho de ser una obra propuesta por el PP. Si se entera de esto Maragall, ¿diría aquello de ni un pot d’aigua? ¿Seguirían diciendo aquello de que el caudal ecológico del río es imprescindible? Seguramente sí porque son los argumentos politizados tan moldeables al antojo de cada cual que, estoy seguro, algún experto diría que ese caudal, aun estando en pleno mar, es de vital importancia para la flora y fauna autóctona del lugar.

A los propios valencianos que nos autocriticamos diciendo que queremos el trasvase para construir más campos de golf y urbanizaciones, les daría un dato para su reflexión: La Federación Catalana es la 2ª en número de licencias de golf, por detrás de Madrid y seguida de Andalucía. Cataluña dispone de más del doble de campos de golf que la Comunidad Valenciana y sólo los proyectos pendientes de aprobación de aquella comunidad autónoma triplican los existentes en nuestra región.

Ojala se pudiera efectuar la obra propuesta por este ingeniero, que el agua llegue a nuestra zona para evitar esquilmar más nuestros acuíferos y que el agua sucia comprada por el Ayuntamiento de Villena, sea usada para regar los jardines y limpiar las calles que buena falta les hace.

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