Cartas al Director

Ucrania, tantas veces repetida

No pararéis hasta que Ucrania acabe en un bazar barato hipotecado. En un solar en el que hacer negocios con grandes beneficios

Entonces… ¿Ya no vais con vuestros coches a cruzar las fronteras y rescatar mujeres y niños ucranianos con los que no sabréis que hacer después de una semana en vuestras casas, vuestra sala de estar, vuestra televisión siempre encendida y vuestra ducha? ¿Alguna vez pensasteis en rescatar del pánico a niños palestinos, hombres sirios o mujeres afganas?

Entonces… ¿Ya no hay concentraciones en la plaza del pueblo y pancartas enormes “No a la guerra”? ¿Y ya no se recoge ropa de antiguas modas y alimentos? ¿Y ya se terminaron las colectas de caridad cristiana más de doscientos años sin matar a los hombres que rezan a otros dioses?

Entonces… ¿Ya no parten esos trenes azules a Polonia con miradas vacías y perplejas, labios de últimos besos marcados en las frías ventanillas? ¿La guerra es menos guerra con el paso del tiempo y la costumbre en los telediarios?

Entonces la Naciones Unidas, unidas las corbatas que cuelgan en los trajes hechos a la medida del expolio, ¿ya no negocian nada? ¿o lo negocian todo?... Europa, con su vieja cultura, tan impuesta en el mundo, y su ministro hispánico de asuntos exteriores con el revólver nuevo encima de la mesa de reuniones, ¿civiliza a balazos?

Entonces… ¿Los grandes fabricantes de armamento aumentarán el precio de las remesas próximas de tanques y aviones? ¿Corren los inversores a las bolsas para adquirir acciones de la industria canalla de la muerte? Inglaterra, Alemania (la que no entraba en guerras), Italia, Portugal, la Holanda del comercio y los “canutos” libres, Grecia (tan arruinada), la España de geriátricos inmundos y jóvenes sin rumbo, ¿aumentarán el triste presupuesto de todos sus ejércitos, proclamando, como enranciadas mises en bikini, su gran desasosiego por la paz en el mundo?

Entonces… Los vampiros que medran en los bosques sin luz de los mercados ¿ya tienen decidida la cantidad de hambre que pueden soportar los pueblos africanos? ¿Alcanzarán el cielo las líneas de los gráficos de las cotizaciones del trigo y del petróleo? ¿Han comenzado ya las ampliaciones de los bancos suizos?

Entonces… ¿Pararemos la guerra con la chatarra vieja de todos los ejércitos? Los soldados de Ucrania y los de Rusia ¿conocen las razones por las que se desangran? Las madres de los muertos invasores, las madres de los muertos invadidos, ¿lloran las mismas lágrimas amargas?

Entonces… Los que no van al frente y trazan los caminos a bombazos ¿dormirán esta noche en camas limpias, en lugares seguros, confortables? Cuando todo es horror, tinieblas, luto, ¿ya no hay voces que piden la paz y la palabra?

…No pararéis de contarnos mentiras sobre lo bien que sientan los cazabombarderos y lo que nos conviene que vosotros toméis las decisiones en tiempos tan convulsos. No pararéis. No pararéis hasta que Ucrania acabe en un bazar barato hipotecado. En un solar en el que hacer negocios con grandes beneficios.

Por: Felipe Navarro

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