Una de alu-cine
Hubo en este nuestro municipio, si no mal cuento, cuatro salas cinematográficas
Tenemos la Gran Ciudad, la ciudad sin Ley, la de las Artes y las Ciencias, y como no podía ser de otra manera, también está Villena: la ciudad sin Cines. Hubo en este nuestro municipio, si no mal cuento, cuatro salas cinematográficas, la cuales de una forma u otra se fueron yendo al puñetero mierdo por obra y gracia de diferentes despropósitos.
El cine Imperial (calle Trinidad), más famoso -supongo- que los otros por vivir yo enfrente. Éste, de la noche a la mañana, permutó en un bingo siendo un total exitazo: con el tiempo creó más ludópatas que ganancias tuvo. Actualmente es un parquing privado. Mira tú por donde.
El cine Avenida (Paseo Chapí, cuando era paseo de verdad y no el boñigón en que lo han convertido). También el único en Villena con pantalla panorámica. A éste lo convirtieron en una discoteca (Pachá-plató) cuya popularidad duró lo que dura la novedad. Allí, aparte de otros, presentó su primer single el grupo villenense Maniática, al cual no pude ver porque los porteros no me dejaron entrar por estar constipado (por si cuela).
El Teatro/cine Chapí. Éste, a juego con el paseo homónimo, se convirtió en una perfecta ruina que no se vino abajo por quién sabe qué. Tras una ardua remodelación tornó a ser teatro, encontrándose el Cinema Chapí en donde estuvo antaño, en la calle San Francisco. En sus tiempos decrépitos (del Cinema) aprovechábamos las cristaleras de sus ventanas para hacer puntería con el tirachinas. Pues no me llevé tirones de orejas por la puntería de otros -yo rara vez acertaba en el blanco-.
Llegamos ahora al último en desaparecer de la faz municipal: el cine Cervantes (calle Cervantes). Tras la desaparición de las demás salas cinematográficas, éste intentó subsistir resistiéndose a extinguirse tal como los gatos se defienden panza arriba. No pudo ser y acabó convirtiéndose en un salón de bodorrios y eventos similares.
No debería olvidar que aparte de estos cines “oficiales” también en el cine del colegio Salesiano se proyectaban películas (raro sería que se proyectaran otras cosas) las tardes de los domingos. En nuestros días tenemos que conformarnos con las sesiones en la Casa de la Cultura y nos podemos dar con un canto.
Y como ya no queda más que decir al respecto, éste que lo es se va todas las noches al cine de la sábana blanca. Lo dicho; pa’ brutos los de Villena, que en lugar de una estatua, un cuadro al óleo y tal, le dedican al rey una acequia. Hasta más ver, pues. ¡Au!
Por: Tony Piojo