Villena contará al fin con un mural de Antonyo Marest
Entrevista al pintor, diseñador y artista villenense, que está llevando su obra por todo el planeta
Durante los últimos años, son cada vez más frecuentes las noticias sobre la obra del villenense Antonio Martínez Estevan (Alicante, 1987), conocido artísticamente como Antonyo Marest, la última de las cuales ha supuesto erigir y decorar una torre de 9 alturas junto a la sede de Spotify en Miami (Estados Unidos).
Hoy queremos conocer un poco mejor a Marest, convertido en uno de los máximos exponentes del arte urbano en España, además de cultivar muchas otras facetas, como el diseño gráfico, el interiorismo o la escultura.
Hola, Antonyo. ¿De dónde viene esa pasión por los grafitis y por el arte en general?
Mi pasión por el grafiti comenzó cuando viajaba y veía esos tags (firmas) en las carreteras y en las grandes ciudades. En Villena no existía como tal, hasta que dos amigos, JNK y Lion, y yo empezamos a “firmar” la ciudad como bien nos decían la mayoría de vecinos. La pasión por el arte me viene desde muy pequeño ya que, gracias a mi padre, he aprendido las cosas básicas que creo que se deben enseñar desde joven, como son la observación, la perfección y sobre todo la satisfacción de las cosas bien terminadas.
Empezaste muy joven, firmando como IO Shok tus grafitis en los muros y paredes abandonados de Villena…
Realmente este nombre vino después, ya que los primeros los hacía con el nombre de Antonio. Aún se conserva el primero en una casa abandonada, donde lo hice en el verano del 99. Es muy normal en el mundo del grafiti que evolucionen los nombres según evoluciona tu obra.
Sin embargo, tu formación no estuvo enfocada al arte, sino a la arquitectura, que ha marcado mucho tu obra, con esa apuesta por la geometría…
Siempre he sido muy inquieto, mi vida ha dado muchas vueltas, países, vivencias, universidades, grandes personas y profesionales, en definitiva, mucha experiencia que ha hecho que hoy tenga esa formación, ese enfoque sobre la vida y sobre el arte.
En cuanto a tus influencias, siempre destacas a pintores como Kandinsky o Dalí. ¿Por qué ellos?
Para mí Kandinsky es el mago de la línea y los planos, un artista que con sus campos geométricos era capaz de construir composiciones únicas. Y Dalí es el genio del negocio en el arte. Además de su pintura, he aprendido mucho de él e interiorizado su “saber vivir de lo que a uno le gusta y sobre todo disfrutar de ello”.
Siempre me ha llamado la atención lo mucho que viajas desde que eras muy joven. ¿Era por placer o ha formado parte de tu proceso de aprendizaje?
Viajar ha sido mi mejor universidad como te decía antes. El hecho de tener siempre inquietudes acerca de lo que pasaba fuera del territorio de Villena me hizo no quedarme quieto, tener ansias de descubrir y aprender. He dado varias vueltas al mundo, y de lo que más orgulloso me siento es de haber visitado ya el 62% de los países del planeta. Espero algún día haberlos visitado todos. Siempre he tenido el gran anhelo de ver el mundo en toda su grandeza y conocer a las personas que lo habitan. En mi caso, cada vez es más cierto que lo mejor del mundo son las experiencias vitales que te ayudan a crecer interiormente.
¿En qué momento te das cuenta de que puedes empezar a vivir de tu arte?
En el momento en que no dependes de terceros trabajos para pagar tus gastos, también cuando abres los ojos, tienes una maleta en la puerta y varias solicitudes de trabajo en diferentes países. Es un mundo muy difícil, duro y donde se trabaja muchísimo. Llegar a tener un nombre o una agenda con trabajos programados es algo muy serio, donde por una parte sabes que eres muy afortunado trabajando en aquello que amas y por otra parte eres consciente de la responsabilidad que entraña representar al mundo del Arte y la Cultura.
Recordamos, para quien no lo sepa, que como diseñador, entre otras muchas cosas, ganaste el concurso para la nueva imagen del vodka Absolut. ¿Ahora estás totalmente centrado en los murales o sigues trabajando el diseño?
Sigo creando en los medios artísticos que más feliz me hacen, desde pinturas murales hasta el diseño e interiorismo, pasando por exposiciones, instalaciones, diseño gráfico…
Otra cuestión que me sorprende es tu capacidad para lograr encargos en cualquier lugar del planeta: Marruecos, Brasil, Miami, Nueva York, Londres, Seúl… ¿Cómo se consigue algo así?
Es muy gratificante conseguir todos estos encargos. Que los coleccionistas sigan mi forma de entender el arte me hace sentirme feliz y en una forma muy íntima agradecido, pero solo se consigue de una forma, trabajando, estando ahí y sobre todo no teniendo miedo a descubrir, probar, fallar y llegar más allá.
Con el mundo sembrado de obras tuyas, incluidas ciudades como Elda o Alicante, el clamor es cada vez mayor. ¿Para cuándo una obra en Villena?
Estoy muy feliz de anunciar que dentro de muy poco, pero aunque me encantaría todavía no puedo contar mucho. Lo que sí puedo decir es que será un muro que le tengo muchas ganas desde hace años, y por encima de eso, que este muro será para todas aquellas personas que me han estado apoyando de una forma u otra, y también por ofrecer a la ciudad una de mis mejores obras murales y que Villena comparta Arte y una de mis obras con el resto del mundo.
¡Anda! ¡Gracias por la primicia! ¿Te ha costado mucho ser profeta en tu tierra?
Contando que empecé en 1999 y estamos en 2021, y que desde 2010 no he pintado nada en las calles de Villena, diría que sí, pero esta espera hace que llegue a este momento en mi momento más maduro.
Al margen de ese mural, ¿cuáles son tus próximos proyectos?
Actualmente estamos trabajando en varios proyectos con la ciudad de Alicante, cumpliendo con un deseo personal de dejar algo de mi talento en mi tierra. A nivel internacional tengo sendos proyectos para Tailandia y Oriente medio, un gran proyecto con el Parlamento Europeo y la extensión de nuestro estudio a Florida.
Para terminar, ¿qué consejo le darías a la gente joven con inquietudes artística que te está leyendo en estos momentos?
Que amen lo que hacen y que el miedo lo dejen en casa, que el éxito tiene solo tres ingredientes; esfuerzo, trabajo y constancia.
Más información sobre su obra en la página web de Antonyo Marest.