Medio Ambiente

Villena se opone a la incineración como solución al problema de los residuos, aunque es la opción preferida por la Generalitat

Francisco Javier Esquembre ha informado sobre la reunión que mantuvo ayer en Valencia, donde se constituyó la Comisión de Organización de los consorcios de residuos de la Comunidad Valenciana, un acto del que no se pudo sacar nada en claro sobre la posible venta de la planta de Vaersa de Villena –ni estaba en el orden del día ni la consellera Bonig quiso hablar sobre ello– aunque sí se comprobó que, para la Generalitat, el futuro de la gestión de los residuos pasa por la incineración, a lo que se opone Villena rotundamente.
Para el alcalde es positivo que exista un organismo como éste, donde tratar “problemas comunes y adoptar decisiones comunes”. Así, y entre los diversos puntos del orden del día, se aprobó la creación de grupos técnicos de trabajo sobre “valorización energética” (eufemismo con el que se refieren a la fabricación de electricidad mediante la incineración de las basuras), pues la Conselleria entiende que “la dificultad del tratamiento de los residuos hace necesaria la incineración como una fórmula adecuada para su tratamiento”, decía el alcalde. No obstante, el propio Esquembre reconocía que la actitud de Conselleria es constructiva, y que por ahora “solo se está en fase de estudio y análisis”. De hecho, Esquembre recibió durante la reunión un CD con informes sobre esta cuestión que ahora están estudiando los técnicos municipales, aunque la consellera insistió en que se trata de un “pre-borrador, un punto de partida para empezar a trabajar buscando consensos y evitando la confrontación política”, y reconociendo que “pasarán años antes de implantarse estas medidas”, decía Esquembre.

No obstante, el alcalde tiene claro que “el rumbo de Conselleria apunta a la incineración como solución al problema de gestión de los residuos”, calificando esta posición como un “salto al vacío y un paso demasiado rápido, pues hay muchos deberes pendientes todavía”. En este sentido, afirmaba que “no se puede poner como ejemplo a países europeos más avanzados que incineran sus basuras, porque previamente han hecho un trabajo de selección y reciclaje muy intenso, que es lo que hay que hacer aquí”.

Así, Villena pidió durante la reunión un “buen plan de gestión del consorcio de nuestra zona, que tenga en cuenta la selección en origen, la recuperación y el reciclaje antes que la incineración”, algo que fue recibido de buen grado por la consellera Bonig, decía el alcalde.

Los curtidos, culpables del olor
La reunión sirvió también para conocer que hay ciudades y pueblos, especialmente en Castellón y Valencia, contentos con el funcionamiento de sus plantas, e incluso para que el Director General de Calidad Ambiental pusiera de manifiesto las “excesivas quejas que llegan desde Villena”. Así, poco menos que echaba la culpa a nuestra ciudad del problema de los olores, alegando que en ellos hay “muchos residuos del calzado que producen cromo, que a su vez invalida el compost y obliga a enterrarlo”.

En este sentido, Esquembre reconocía que el cromo daña el compost, pero consideraba “una grave injusticia que se pueda ir contra las aparadoras”, señalando que “una planta de reciclaje debe detectar y separar esos restos, pero si hay menos mano de obra de la necesaria o llegan más residuos de los que se pueden tratar, resulta muy difícil actuar correctamente”.

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