Apaga y vámonos

Y encima, cachondeo

Les prometo, aunque no se lo crean, que estaba pensando seriamente en escribir algo elogioso sobre Juan Carlos Pedrosa, concejal de Desarrollo Económico, porque tras un comienzo de legislatura perfectamente prescindible –únicamente se han realizado los rutinarios cursos bonificados ofrecidos por el Servef, mientras que el concejal aprovechaba cualquier iniciativa privada (de la Asociación de Comerciantes o los fabricantes de calzado, por ejemplo) para hacerse la foto de rigor– parece que el edil ha despertado y su departamento ha comenzado a sacar a la luz propuestas interesantes y necesarias dadas las circunstancias económicas que sufre nuestra ciudad.
Proyectos como la iniciativa de participación representada por la “Estrategia Territorial de Villena + Innovación” o el llamado “Foro DEF+”, que ofrece formación diversa, de calidad y gratuita a los empresarios, trabajadores y desempleados de Villena, son pequeños gestos que por sí solos no nos van a sacar de la crisis, pero pueden ayudarnos a hacerlo y son reflejo del interés que tiene el ayuntamiento por aportar su grano de arena al respecto, lo cual es de alabar.

Y para rematar esas buenas sensaciones, recibo esta semana una carta del Muy Ilustre en la que Desarrollo Económico nos informa de las ayudas municipales para el fomento de la contratación laboral en 2012, es decir, los requisitos y condiciones que el ayuntamiento pone para bonificar a aquellas empresas de Villena que contraten a nuevos trabajadores, una iniciativa totalmente loable porque descarga al empresario de parte de los costes laborales y puede contribuir a generar empleo, tan necesario en estos momentos. Lástima que leyendo la letra pequeña haya pasado del elogio a la estupefacción, primero, y a una indignación absoluta después, tras leer un párrafo que me ha sentado como un escupitajo en la cara, por no decir como una patada en los cojones, con perdón de la expresión.

Y es que, queridos amigos, para poder acceder a estas ayudas, el beneficiario ha de demostrar que no tiene ninguna deuda pendiente con el ayuntamiento de Villena. Como lo leen. La empresa más morosa con diferencia de este pueblo, una institución pública que tiene una deuda de más de 10 millones de euros, de los que 3 millones y pico (casi 600 millones de pesetas) corresponden a empresas y autónomos de nuestra ciudad, empresas y autónomos que han tenido que despedir a trabajadores y, en algún caso, hasta echar el cierre porque el ayuntamiento no ha sabido o no ha querido pagar a tiempo lo que en justicia les debe –porque dinero para cargos de confianza enchufados o para aumentar incomprensiblemente el coste de la contrata de la basura sí tiene–, exige ahora a esas mismas empresas y autónomos a los que les debe una pasta que demuestren que no deben nada al ayuntamiento para poder beneficiarse de estas ayudas. Es para cagarse. Es indignante. Y es una auténtica vergüenza. Paguen de una vez lo que deben y déjense ya de tocarnos las narices, por favor.

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