Cartas al Director

Y por la puerta grande…

Llevo ya unos días, además de mucho tiempo, observando como varias personas se muestran contrarias a la tauromaquia. Bien, ¿y qué quieren conseguir con eso?
Reivindican la libertad y los derechos de un animal -bajo mi punto de vista no se puede tener derechos si antes no tienes unos deberes-. Igualmente desprecian una Plaza de Toros, en la cual no sólo se podrían celebrar festejos taurinos. Atacan a una cultura que reúne algo más que a un toro y un torero en la plaza, es decir, está asociada desde el nacimiento del animal, pasando por su proceso de crecimiento, alimentación y reproducción (GANADERÍA). Etiquetan a los toreros de asesinos -y generalizando aunque no sea correcto-, me gustaría ver cómo algunos tratan a su animal doméstico en su respectivo hogar...

Indudablemente, los toros, como cualquier animal, ser humano o ser vegetal, son seres vivos, con sus respectivas características. Pero quieran los antitaurinos o no, hasta la naturaleza está jerarquizada. Nosotros, como seres humanos, podemos aprovecharnos de nuestro entorno, ya que tenemos esa capacidad que los animales no tienen. No sólo en el ámbito ocioso como es en este caso, porque en nuestra alimentación ingerimos carne animal, y me gustaría ver a más de un antitaurino comiendo barbacoa y que piense "que bueno está" en vez de "pobre animal"... Y después me venga con la excusa de que por lo menos el toro muera dignamente, cuando el toro es uno de los animales mejor criados, y a más de uno le gustaría vivir como vive un miura; y no como es el caso de otros animales que mueren en mataderos. Es más, piden la libertad de un animal, pero qué queréis, ¿que esto sea "Jumanji"? Totalmente absurdo es pedir la libertad de un animal, cuando seguro que pasean al perrito bien atado de la correa para que no se les escape, eso tampoco es libertad ¿no?

Del mismo modo, estos individuos juzgan qué tipo de cultura es la tauromaquia. Y reitero, que no es solo lo que se ve en la plaza, que la Tauromaquia va desde la cría del animal hasta su muerte en la plaza. Por lo tanto, era, es y será una tradición, y al que no le guste no tiene por qué ir, y si tanto aprecio tienen por la vida de ese animal que acojan a uno y lo cuiden, ¿o quizás le tengan miedo? Seguramente sí... Y por eso se dedican a llamar asesino al joven torero de nuestra ciudad, Raúl Bravo, me gustaría ver el valor que tenéis de poneros delante de un novillo... Sinceramente, prefiero que se conozca Villena por Raúl, que no por otro tipo de cosas peyorativas que nublan el entorno social de nuestra ciudad.

Y para dar la estocada final, os recomiendo a todas esas personas que tanto amáis a los animales -y que estáis en todo vuestro derecho-, que también existen los problemas humanos, más importantes que los animales y que se debería empezar a solucionar las cosas por ahí. Porque en el hipotético caso de que se prohíban las corridas de toros, no se van a arreglar las tantas injusticias de este mundo.

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