Vida de perros

Yo tampoco te espero

Me llegan noticias de la acogida que la ciudad de Villena rindió al camión de 58 metros de longitud que el pasado lunes cruzó nuestras malditas vías portando un aparato de unas 400 toneladas –a ojo de buen cubero– con destino Benejama. Si uno hace caso a la rumorología popular es posible que haya escuchado cosas del tipo: “el camión consumió más de dos mil litros de gasoil desde las vías hasta los Salesianos”, o “el recorrido desde la Salvadora hasta la Morenica se realizó en un tiempo record de 4 horas”, y como este que escribe está aquí para intentar dar veracidad o desmentir ciertas historias (por decir algo) les diré: todo eso es mentira. Únicamente tengo una reflexión que ofrecer: haciendo recuento del público asistente a la llegada del camión uno piensa que tal vez las Concejalías de Cultura y Fiestas deberían promocionar este tipo de multitudinarios eventos (al menos en comparación a la capacidad de convocatoria de Ariel Rot).
Aunque pensando en este tipo de cosas, pues también tendría que informarles de que el 6 del 6 del 6 tampoco ocurrió nada extraño –si alguien de ustedes tuvo la fortuna de tener sexo sin tomar medidas es asunto propio, espero que consideraran el peligro de engendrar a la bestia…, bueno, en realidad si alguien tuvo la fortuna de tener sexo esa noche de martes, ahí va mi felicitación (y disculpen esta pincelada envidiosa)–. Pero tratando tanto el asunto del recibimiento al camión como el del día de la bestia, es difícil dejar de asociar todo con la inminente llegada del “nuevo” Papa a nuestra tierra taronja. Antes de continuar déjenme que les haga una pequeña pero necesaria aclaración, cuando digo Papa, me refiero a Ratzinger, el líder de la Comunidad Católica, por si alguien tenía dudas, que a veces se dan las cosas por sentadas y en este país “habemos” de todos los sabores y colores.

El caso es que la bestia no sé si vino, pero el anciano ex-inquisidor sí va a venir al País de Rita (lo siento, pero que yo hable bien del Papa o de Rita es tan difícil como el que Paco Gracián reconozca de una vez las buenas gestiones de ZP) y aquí ultimamos los preparativos para recibirlo. En este caso las previsiones de público son mucho mayores que para la llegada del camión de Berlanga –perdón por la licencia– y también lo son para quienes padecerán a su pesar tal masificación. Como no hay bien que por mal no venga, y viceversa, por otro lado tenemos a los liberales, amantes de eventos que supongan un rendimiento positivo para nuestra economía –Copa de América, vg.–, y a estos les contestan el Grup de Rectores del Dissabte, quienes han redactado un documento en el que critican: “la obscena insistencia de los medios de comunicación sobre cifras, costes y éxitos […]” con el fin de hacérselo llegar al viejo para que se entere por donde van los tiros en Taronjalandia –qué triste me supone pensar en la labor de este grupo que pretende que BXVI no desconozca “que su visita se está convirtiendo en un reclamo turístico y se está instrumentalizando mercantilmente al servicio de intereses espúreos a la fe y a la pastoral”, y es que alguien tiene que decírselo porque el pobre no lo sabe–.

Sea como sea, si cierto es que se están comercializando camisetas con el lema “Te esperamos” o algo así, también lo es que ciertos sectores han contraatacado con otras con el lema “Yo no te espero”, qué más les puedo decir, yo ya estoy esperando la mía.

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