Verdes

9 de octubre. El gran ausente, el medioambiente

Es fundamental que la inversión que se produzca tenga que ver con la sostenibilidad, el desarrollo natural, la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático

Acabamos de celebrar la fiesta del  9 de Octubre, fiesta de nuestra Comunidad Valenciana, que nos acerca a la identidad de todo un territorio en el que la historia ha fundido los deseos de libertad, de progreso, de superación, de identidad cultural y lingüística con el encuentro entre la gente, hacia el mar y hacia la meseta. Esa es también nuestra fortaleza, estar en ese cruce tan especial.

En un año tan difícil como el que vivimos, en el que la prevención del Covid-19 y la atención a la salud ocupan gran parte de los recursos, la celebración ha sido distinta. Emotiva en recuerdo de las víctimas, limitada en la participación, centrada en los reconocimientos, serena en la implicación.

Compartimos lo que hemos escuchado y leído en discursos y escritos cercanos y lejanos. Creemos necesario la recuperación tras la pandemia, el esfuerzo colectivo para salir de la crisis, el desarrollo que permita mejorar nuestros pueblos y que resulte en mejorar el tejido comercial y empresarial. Nos alegra ver que en muchas ocasiones se ha huido  de los discursos grandilocuentes de otras etapas, pero sigue preocupándonos que la valoración medioambiental, el interés por los problemas derivados del territorio y la ecología estén casi ausentes o sean mínimos.

Sí hemos oído hablar de nuestro territorio al decir de ordenarlo y tratar de ver el mejor provecho desde el punto de vista del beneficio económico, de los transportes, la logística o el crecimiento industrial.  Pero faltan  propuestas para garantizar el futuro y la sostenibilidad de nuestros espacios donde habitamos, en los que producimos los mejores bienes agrícolas, donde descansamos, donde mejoramos una tierra protegiendo su riqueza forestal.

De Penyagolosa o las Islas Columbretes  hasta Vega Baja pasando por la Mariola, Sierra Salinas, los Alorines  o el valle del Vinalopó, es fundamental que la inversión que se produzca tenga que ver con la sostenibilidad, el desarrollo natural de nuestras tierras, la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Por convicción, por necesidad, por crear empleo, por la salud. Demostrado ha quedado que el deterioro medioambiental se relaciona con la aparición de nuevas enfermedades y la aparición  de nuevos virus responsables de pandemias como la que sufrimos.

Sin embargo, aunque ideas del discurso sostenible se hacen presente en las propuestas de nuestros dirigentes, a la hora de la verdad el énfasis y el incremento de inversión,  los recursos que se orientan siguen siendo mayoritariamente para cemento y para una modernización más teórica que verdadera.

La Asamblea  Verdes de Europa queremos dar continuidad  a la celebración de este 9 de Octubre con el trabajo diario  en defensa de un modelo verde de desarrollo, con el incremento de las energías renovables, la inversión en reforestación y en protección del territorio, con el cuidado de los recursos hídricos, con la atención de una vez a los residuos comenzando por la reducción  y avanzando en la economía circular. La respuesta a la pandemia del Covid 19, tanto en su origen como en sus consecuencias lo exige.

No es sencillo, no, pero ahora que se espera importantes ayudas europeas es el momento de huir del espejismo del crecimiento para apostar por la inversión en sostenibilidad y medio ambiente en Villena y en  toda la Comunidad Valenciana. Es de justicia. Es la vida. Es la necesidad del presente que anticipa el futuro.




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