Las desgracias ocurren cuando menos lo esperas. Cuando andamos por nuestra ciudad, siempre nos solemos fijar en el estado de las calles, fachadas, limpieza, que faltan papeleras, los árboles sin podar, últimamente en los olores
En fin, que cada uno encontramos un problema que en cierto modo nos puede atañer por algún motivo.
En uno de estos paseos, en la calle Oscar Esplá he encontrado una fachada que, por lo menos, intimida cuando pasas junto a ella. La humedad y el abandono, han hecho que, parte de ella, pueda caer sobre algún caminante que se aventure a pasar por este angosto y céntrico callejón dejado de la mano de Dios y de nuestros políticos, pero aprovechado por los guarros que, estando en la Plaza de Santiago, se acercan para mear, fumar y otras cosas que todos sabemos incluso a quién corresponde saberlo, sin hacer ¡ni puto caso! durante años. Ni tripartito, en la actualidad, ni PP e Iniciativa Independiente, en las legislaturas anteriores, han querido poner solución al desmadre general que se produce, cada fin de semana, a escasos 50 metros de la Casa Consistorial y la Casa de la Cultura, dando, de esta forma, ejemplo de una Villena limpia a los visitantes, que en ocasiones por allí circulan para llegar hasta el Castillo.
Ustedes me podrán decir que, cuando pase por aquel lugar, me aleje de la fachada, pero da la casualidad que esta calle solamente mide unos escasos 150 centímetros de ancho, y ya me dirán cómo puedo alejarme para evitar un posible accidente en caso de derrumbe. Cagadas, meadas, colillas, vasos rotos, y sobre todo indeseables, es lo que tienen que soportar los vecinos, generalmente mayores, que allí viven; y ahora el peligro, añadido, de un posible hundimiento de la casa que antaño fue un horno. No estaría de más que los técnicos de la Concejalía de Obras se pusiesen en contacto con los dueños de esta casa, instándoles a que tomasen las medidas oportunas y pienso que obligatorias, para sanear la pared que da al callejón, o mejor la casa al completo.
