Saber es acordarse

Cien días de oposición, cien días de soledad

La soledad es un estado anímico que, en algunos casos, puede estar bien para ordenar ideas, pero en otros casos es preocupante, como el de alejarse de los demás. Las ideas me consta que el PSOE no las tienen ordenadas; por no ordenar no han ordenado su casa asumiendo los motivos de su derrota electoral. Lo que es preocupante es cómo se están alejando de la ciudadanía con una oposición basada exclusivamente en declaraciones simplistas, dejando a un lado esos grandes temas que han llenado portadas durante los últimos cuatro años y a los que ahora no quieren ni mentar.
Cien días de oposición basados en una postura ingenua contra el partido que gobierna, sin argumentos de peso, que justifican con no tener acceso a la Junta de Gobierno y falta de personal liberado, esa ha sido su leal oposición, a la que habría que añadir la campaña obsesiva con todo aquello que tenga que ver con la plaza de toros, obsesión que puede entenderse bajo el prisma de su análisis electoral.

Cien días de soledad para un portavoz de la oposición al cual han dejado solo ante un equipo de gobierno que día a día, semana a semana, va concretando los diferentes puntos de su programa electoral: en tres meses de gobierno han hecho mucho más que el PSOE en cuatro años. Ahora quieren vendernos el mismo slogan que se les aplicaba a ellos en la anterior legislatura, “Miente Valiente”, “Miente Pedrosa”, con la diferencia de que la mentira tiene los pasos muy cortos y hay que tener buena memoria después de haber mentido.

Cien días de oposición con titulares como “El PP no ha sabido gestionar la victoria ni la mayoría dada por el pueblo”. Gestionar es ejecutar y a estas alturas nadie podrá negar que no se están ejecutando proyectos. Gestionar es administrar y en esto el PSOE puede darnos ejemplos muy concretos, sobre todo en su forma de administrar los impuestos de los ciudadanos con el coste de TV Villena. O ante los daños ocasionados por las lluvias: “El encauzamiento de la Rambla Conejo es una solución a medias”, y al mismo tiempo abstenerse en la votación de la Diputación a la modificación de crédito que destinaba 500.000 euros a Villena para acometer estas obras, justificando su postura, como ha hecho en otras ocasiones, “por coherencia”, tanto cuando gobernaba Villena el PSOE como ahora siendo oposición.

Cien días de soledad de sus propuestas, cien días se han pasado discutiendo el pescado de Albal con montaje fotográfico incluido, la subvención a la Peña Taurina, la corrida de toros del día 7 y ahora le toca a la subvención de 12.000 euros a Perú… Ya se han olvidado de los grandes temas que afectan a nuestra población; por un lado el soterramiento, que tanto juego político les dio la pasada legislatura, ha pasado a segundo plano, los protocolos ya no son importantes, el Sr. Morlán y Dª Magdalena Álvarez bastante tienen ahora con atender a los catalanes, pues en parte de ello depende la aprobación de los Presupuestos Generales y la tajada a sacar será importante.

Del agua para qué hablar. Bastante nos ha caído en los últimos días. Mientras tanto Dª Vicenta Tortosa sigue su lucha particular contra los intereses de Villena relativos al agua siguiendo la estela de la ministra Narbona, mientras que algún que otro dirigente del PSOE ya se pregunta si el trasvase del Ebro no hubiera sido mejor opción. Subir exige esfuerzo, pero saber bajar, además, requiere una dosis especial de inteligencia, y qué quieren que les diga...

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