Cartas al Director

Clamor popular

En el pasado Pleno del Ayuntamiento de Villena, celebrado el 29 de enero, el PP anuló el acuerdo, aprobado por la Corporación anterior, de llevar a cabo el parking en la Avda. de La Constitución. El equipo de gobierno actual revocó la otra norma, con lo que se disipaban las dudas: el parking no se construirá allí. En el debate de la moción, el portavoz del PP, el sr. Valiente, indicó que las famosas firmas contra el parking fueron un “clamor popular” que, a la postre, sería determinante en las elecciones municipales que dieron el triunfo al propio PP, penalizando, por consiguiente, la actuación del tripartito en éste y otros casos.
Sin restar parte de verdad a esta afirmación, quiero hacer notar la expresión “clamor popular”, pues da la sensación de que la población de Villena, levantada en armas, se oponía con fiereza a una imposición injusta, desproporcionada y atentatoria a los derechos humanos. Nada más lejos. Entiendo que cuando se debate, se caiga en incontinencias de este tipo, no sólo en el PP sino en cualquier partido. Es normal. Sin embargo, un análisis más reposado puede arrojar algo más de luz.

En mi opinión, clamor, lo que se dice clamor popular, fue la negativa del pueblo español a participar en una guerra como la de Irak, a la que el sr. Aznar, por entonces presidente del Gobierno, nos condujo. Los periódicos de la época hablan de un 90% de la población española en contra: ¡esto es clamor popular! Aunque, claro, traer aquí y ahora la guerra de Irak es pura arqueología, antigualla que el PP no quiere ni oír hablar. Hay que recordar que en nuestra población, por aquellos días, hubo dos manifestaciones contra la guerra, siendo la primera multitudinaria; la segunda, con un tiempo adverso, registró menos manifestantes, pero entusiastas. Sigo recordando clamores populares cuando, de nuevo en Villena, en los infaustos días en que ETA tenía secuestrado al concejal del PP M. Ángel Blanco, la ciudadanía dio muestras de solidaridad y compromiso con la familia del concejal, con la del partido y con toda España, que se manifestó para lograr su liberación; desgraciadamente eso no ocurrió y fue cobardemente asesinado. En aquella ocasión el “clamor popular” no distinguió de credos, opciones políticas ni banderías. Sólo el anhelo individual hecho público ante el secuestro. Sigo, cuando el golpe “fallido” del 23-F, a los dos días, en Madrid se celebró una manifestación impresionante, lo nunca visto, para gritar “Por la Paz, la Libertad y la Constitución”: ¡clamor popular! En fin, ejemplos que ilustran un proceder que la población lleva a cabo porque ve peligrar derechos conquistados a golpe de sangre, sudor y lágrimas. Pues bien, sinceramente, el célebre parking no entra en esta categoría que comento.

En Villena, otro tipo de clamor popular son las Fiestas de septiembre. Pero un clamor diferente, festivo, despreocupado…. Quien no es de aquí y se instala, por motivos profesionales o personales, advierte al momento el grado de ebullición que rodea a la Fiesta, energía que se mantiene a lo largo del año. Pero, claro, no decimos que las Fiestas son un clamor popular, entendido como alarma y reivindicación.

Unos hechos y una pregunta. Los hechos: las firmas del parking –o sea el “clamor popular”– fueron 6.500. Los votos del PP en las elecciones del año pasado fueron 9.656. Los votos del PSOE + Los Verdes + Iniciativa Independiente + Izquierda unida fueron 8.738. Abordemos la pregunta: ¿Una diferencia de 918 votos a favor del PP es “clamor popular”? Sospecho que no. Ocurre que algunos acontecimientos disponen de mayor publicidad, por lo que se crea en la ciudadanía esa sensación de urgencia y mayoría. Cien mil manifestantes o doscientos mil en Madrid en apoyo de la “familia cristiana”, depende de cómo se barajen las cartas, se puede considerar clamor o no. No obstante, ¿todas las familias cristianas se vieron reflejadas con la puesta en escena de la cúpula de la Iglesia Católica?

Habría que tener cuidado con los clamores populares no vaya a ser que nos estallen en las manos. Cínicamente dijo el general Armada, conspirador del ya citado 23-F, en el juicio que se efectuó tiempo después: “Nada es verdad y nada es mentira, todo depende del color del cristal con que se mira”.

Yo no quiero llegar a este extremo tan relativo pero, humildemente, le preguntaría al sr. Valiente si este “clamor popular” de 918 votos de diferencia con que se sostiene el PP, con mayoría absoluta, en el ayuntamiento de Villena, le ha proporcionado esta actitud de cierta arrogancia, tierra quemada sobre la etapa anterior y desalojo de la Junta de Gobierno Local.

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