Viéndolas pasar

Componendas o Pactos de Gobierno

El pasado domingo se celebraron los comicios autonómicos en Galicia y Euskadi. El resultado –no me las quiero dar de nada– me lo imaginaba y lo acerté de pleno en lo que al resumen final se refiere. Nada que ver con mi pronóstico de las pasadas municipales en Villena, en las que casi doy la mayoría absoluta a Iniciativa Independiente.
La sensación es bien clara: La Xunta y los líderes de PSG y BNG estaban constantemente en el ojo del huracán de las críticas populares –del pueblo– y de los populares –Partido Popular. Algunos desmanes más propios de novatos dirigentes y la típica incoherencia de algunos líderes nacionalistas, con o sin yates de lujo, comenzaban a decantar la balanza hacia el lado del PP, cuya hegemonía ha sido total en las 4 provincias gallegas a falta, en el momento de escribir esta columna, de conocer lo que haya sucedido en las ‘provincias de ultramar’. En definitiva, la componenda PSG y BNG no ha funcionado y el pueblo gallego los ha colocado en la oposición.

Hagamos un ejercicio práctico. Piense Ud. en las elecciones autonómicas gallegas de hace 4 años. ¿Le parece bien que el PP quedase apeado del gobierno por la unión de socialistas y nacionalistas cuya ideología se supone diametralmente opuesta? Es algo similar a lo sucedido en Villena cuando el tripartito quitó el gobierno al PP en 2003 siendo éste último el partido más votado. Anote la respuesta y guárdela para después.

Nos vamos al País Vasco o Euskadi, como prefieran. Los resultados estaban cantados, se percibía en el ambiente y es que últimamente, cuando he estado por aquella tierra, el cansancio del ciudadano era palpable. Siempre lo mismo con el llamado ‘Plan Ibarretxe’ y lo que trajo consigo cuando al ciudadano de a pie lo que le interesa son los precios –desproporcionados– de la vivienda, el empleo, las hipotecas…

Llegamos a las elecciones y sin la presencia de los abertzales, era de cajón que el PNV se llevaría de calle la mayoría de los votos. Sólo tenía una duda y era el número de escaños que podrían obtener Aralar, EA y EB, porque tampoco tenía dudas de que el PSE sería el partido que más incremento de votos tendría, lo mismo que el PP –desastroso en Euskadi tras marcharse María San Gil– sería uno de los penalizados.

La unión de los partidos nacionalistas más el voto de EB-IU podrían mantener en la Lehendakaritza a Ibarretxe y sería democráticamente correcto y lógico. Sin embargo, una nueva componenda entre PSE, PPE y UPD sumaría un escaño más, por lo que tendrían mayoría suficiente para gobernar. Sería la primera vez en 29 años, si no estoy mal informado, que los partidos ‘constitucionalistas’ –también llamados españolistas– gobernarían en Euskadi. Quienes no tenemos pensamientos nacionalistas y mucho menos separatistas, vemos esta opción con ilusión y deseo de que se que produzca.

Volvemos a los ejercicios prácticos. Pensemos ahora, con la misma situación descrita de Galicia hace cuatro años o Villena hace seis… ¿nos parece que es una “componenda” aceptable la unión de PSE, PPE y UPD para arrebatar el gobierno al PNV? Pues vuelva a anotar la respuesta en el mismo papel y si la respuesta a la primera pregunta difiere de la segunda, reflexione sobre ello.

Creo que, en la medida de lo posible, debe gobernar el partido más votado dejando las “componendas” para otras cuestiones. No obstante, también es verdad que, según con el cristal con el que se mire, tener una segunda vara de medir para no catalogar de “componenda” lo que es, en realidad, un Pacto de Gobierno, nos viene muy bien a todos.

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