Cita con las Citas

Corazón

Muchas veces cometemos el error de pensar que lo que para nosotros es conocido ha de ser conocido por todo el mundo

Cuando conferenciamos sobre el Fondo Juan B. Vilar, uno de los libros que referimos fue el de Corazón, del italiano Edmundo de Amicis. En el legado del catedrático Vilar existe una bella edición, fechada alrededor de 1887, cuya traducción fue realizada por Hermenegildo Giner de los Ríos, hermano del fundador de la Institución Libre de Enseñanza, Francisco Giner de los Ríos.

Siendo para nosotros un libro muy familiar, familiar en su puro significado por la mucha querencia de nuestra madre a este texto, nos extrañó que hubiera gente que no supiera nada de él. Muchas veces cometemos el error, no sé si petulante, de pensar que lo que para nosotros es conocido ha de ser conocido por todo el mundo. Y no tiene por qué ser así. Pero bueno. Esto da más sentido a nuestra recomendación. Hay que leer Corazón. Y de esta hermosa obra escogemos hoy una frase que el maestro Perboni dirige al alumno Votini celoso de sus compañeros:

—Votini –le dijo–, no dejes que se apodere de ti la envidia; es una sierpe que roe el cerebro y corrompe el corazón.

 Votini no era mal chico pero le perdía la envidia. Atendiendo la lección del maestro, arriesgaba cerebro y corazón. ¡La envidia! ¡Sierpe!




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