Emocionado, Julio Nombela lo recuerda en sus memorias. Cuando le sucedió tendría diecisiete o dieciocho años. Fue al ver publicada por primera vez una poesía suya. En la "Aurora": Verla en letras de molde me ofreció la pueril alegría que en igual caso han experimentado y seguramente experimentarán todos los autores noveles.
Pueril o no pueril, ciertamente quienes estimamos escribir recordamos esa alegría que provoca la publicación de los primeros escritos en un periódico. En letras de molde. Alegría que al tiempo es acicate para seguir escribiendo. Por esto, siempre que hemos tenido ocasión hemos defendido o propiciado la existencia de medios para ejercicio de escritores noveles. En este sentido la prensa local ha jugado y juega un papel importante. Brindando espacio abierto a primerizos.
El estudio de la prensa local nos muestra una perogrullada: cuando hay periódicos en los pueblos hay más escritores locales. Cuando no, no. Luego, el talento perpetuará -o no- la vocación. Y el público refrendará -o no- las inquietudes literarias. Unos abandonarán, otros seguirán.
Seguro que quienes se estrenan escribiendo para el público siguen viendo con satisfacción la edición primera de sus opiniones, de sus sentimientos, de sus inquietudes, de sus saberes… Ya siempre en letras impresas, ya hoy en soportes digitales. Y esto es bueno. A nosotros aún nos ilusiona y estimula la publicación.
Puede que quepan vanidades en el ejercicio de escribir y publicar pero eso es riesgo que la experiencia cura pronto. Porque al cabo escribir es en muchas ocasiones luchar contra uno mismo.
