Misión verdadera
Cuando el escritor no proclama que el rey está desnudo, se está condenando para siempre

Cita que cita, Juan Manuel de Prada afirmaba: Pero la misión verdadera del escritor –como apunta Rosa Montero– es la del niño que al paso del cortejo real, proclama que el rey está desnudo; cuando el escritor, traicionando esa misión, se incorpora a la comitiva, se está condenando para siempre.
Lo afirmaba en El Semanal de veintinueve de junio de 2003 en su columna Animales de compañía bajo el título "Literatura y poder", cuando Rosa Montero nos regaló a los lectores –y en especial a los lectores escritores– ese magnífico libro titulado La loca de la casa.
Cita que cita, ya la traje hace años, concretamente el trece de noviembre de 2006, en este EPdV nuestro cuando "Muerte en la tarde", en los De recuerdos y lunas.
La traje entonces y la recupero ahora porque en mi afán por escribir, y en especial por el escribir periodístico, la necesito patente, pertinente para constantemente no olvidar esa misión verdadera que me obliga a observar la comitiva de la realidad con los ojos sinceros de ese niño que dice lo que ve. Lo que ve. Siempre.