Interrogar palabras
Para que cumplan con lo preciso que queremos decir, para que nos entiendan quienes nos leen…
Barriendo para nuestras preocupaciones del escritor que en cuatro décadas escribiendo hemos querido ser, tomando como referencia otra vez a José Saramago, en El cuaderno –libro que nos llegó de la mano generosa de Francisco Martínez Catalán, amigo de amigos– nos ilumina el cometido, como faro:
Interrogar palabras es el destino de quien escribe —anotará el nobel portugués.
Y esto es. Así lo hemos vivido y vivimos en nuestra tarea cotidiana de escribir: interrogar palabras para que cumplan con lo preciso que queremos decir, para que nos entiendan quienes nos leen.
Y a saber si lo hemos conseguido. A saber.
Y si esto de interrogar palabras es importante para cualquier escritor, más para el poeta. Porque si para un escritor, digamos de artículos, una palabra determinada importa, para el poeta el uso de un término u otro es definitivo. Porque el poeta gasta palabras definitivas.
—Lo perdurable es la obra de los poetas – dijo Friedrich Hölderlin, poeta.