Cartas al Director

Porca miseria

No están permitidas las aglomeraciones, pero pueden juntarse 300 almas a lanzar proclamas a favor del nazismo…

Resulta chocante, más bien cabreante, que a ciertos eventos se permita que acuda más gente que a otros. Si bien los autobuses tienen un límite de aforo y hasta ese tope se pueden llenar, ir al cementerio a despedir o visitar a tus seres queridos, o no tan queridos, solamente lo pueden hacer la cantidad de personas que a los Gobiernos autonómicos les dé la gana. Como si los muertos ajenos fuesen de su entera propiedad. Y ya puedes patalear, que es de lo poco que va quedando gratis.

La mascarilla -que cada vez va siendo más "carilla"– es obligatoria y para todos los ciudadanos. Pues parece ser que los que llevan la batuta en España y las CC.AA. -también sus opositores- en no se la ponen ni en el codo. Y, claro, la policía no dice ni mu, porque si alguno dijese mu lo podrían confundir con una vaca.

Cabe recordar que al mismísimo rey, en la pantomima que se montaron en verano con "el homenaje" a las víctimas del Covid-19 (bueno es no olvidarlas, pero tampoco se deben usar para hacer demagogia, que es lo que hacen reiteradamente), la princesa Leonor le dijo por lo bajini que se pusiese la mascarilla que se había quitado para decir lo que otros le habían escrito.

A las Fuerzas de Seguridad no les paga el Gobierno de su bolsillo, sino que el bolsillo de donde salen los cuartos o bareles -como dicen los gitanos- es del Estado. No nos confundamos: el Estado somos todos, y el Gobierno son unos cuantos, no sé si con allegados o sin ellos.

Hemos visto, casi en directo, cómo dos energúmenos, que resultaron ser policías fuera de servicio -se encuentran entrullados los dos, demostrando esto que no hay democracia plena, ¡qué vaaa... !- agreden a un padre y a su hija de ¡¡14 años!! Y el más chuleta incluso se atrevió, al ser recriminado por el tío de la menor y demás gente, a pegarse un baile como si de un Fred Astaire venido a menos se tratase. 'Por tus hechos te conocerán', dijo un ilustrado.

Aseguran los gobernantes que el IVA de las mascarillas (21%) es imposible de bajar, siendo este % el más alto de toda la Unión Europea. Pues bien, en otros países ese impuesto baja del 10%, y en Holanda se ha eliminado en su totalidad. ¡Viva la hipocresía!



Asfixian a los negocios, como bares, restaurantes, pequeños negocios y un sinfín de etcéteras. Día que pasa, la gente que vive de esto contrae más y más deudas, y las ayudas que prometió el gobierno ¿tú las has visto?..., pues yo tampoco. Cierto es que la crisis provocada por el expresidente Zapatero va a ser un chinche del 7 en comparación a lo que nos espera: vender ajos o lo que sea a la puerta de cualquier súper.

No están permitidas las aglomeraciones, tampoco que en ciertos lugares se junten más de X personas. Y por el contrario, se permite una concentración a la que asistieron unas 300 almas, y -para más inri- a favor del fascismo. Echando al aire a voz en grito, entre otras proclamas, que -como siempre- la culpa de todo la tienen los judíos. Vamos, que no podemos juntarnos unos cuantos colegas, y estos incalificables sí.

Ni soñado ocurriría esto en Italia, y muchísimo menos en Alemania, en dónde -muy plausible- está prohibido cualquier mención o enaltecimiento del maldito Nazismo; la gran cruz de este país.  E incluso, por si alguien lo ignora, tienen también prohibido apellidarse Hitler. ¡Eso son huevos, no lo de aquí!

Y como se coge antes a un político que a un cojo, éste que siempre lo será se va como la mona de Tarzán: a la chita callando. Lo dicho; al final hay que darles la razón: este país es Euro-Peo. Hasta más poder ver. ¡Au!

Por: Tony Piojo

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