La automatización del negocio industrial y su respuesta ante la crisis
La automatización es un proceso irreversible que ha adquirido una enorme velocidad en los últimos años
La automatización es un proceso irreversible que ha adquirido una enorme velocidad en los últimos años. Los avances tecnológicos, unidos a la necesidad de ganar en competitividad en mercados globales, han empujado a compañías de todos los sectores y tamaños a esforzarse para ganar en eficiencia ahorrando en costes.
Y la crisis económica provocada por el coronavirus no ha hecho más que obligar a aquellas empresas que no habían iniciado el cambio hacia la automatización a tomar medidas al respecto. De hecho, el informe World Robotics 2020, elaborado por la Federación Internacional de Robótica (IFR,) indica que son 2,7 millones de robots industriales los que operan en fábricas de todo el mundo, con un aumento medio anual de un 12 %.
Esa automatización llega hoy en día a todas las fases de la producción. Son comunes los equipos centrados en inspección y control de calidad como detectores de nivel o medidores de presión y temperatura que fabrican empresas como Endress and Hauser España. Pero también están cada vez más extendidos los robots para cadenas de montaje, manipulación, logística o empaquetado.
Las ventajas de la automatización son innegables: reducción en los tiempos de fabricación, calidad y homogeneidad del producto, ausencia de errores, protección de la salud de los trabajadores evitando que tengan que realizar tareas especialmente penosas y, por supuesto, un ahorro de costes.
La implantación de la automatización y la digitalización implica una mejora de la competitividad de la que en los momentos actuales ninguna empresa puede prescindir. Y no solo esto, sino que hay voces que advierten que esta sería una de las vías imprescindibles de alivio en caso de una nueva pandemia como la vivida, en la que los procesos productivos quedaron paralizados con terribles consecuencias para las empresas.
Automatización en todos los sectores, también en el calzado
No hay sector industrial que, de un modo u otro, no haya implementado la automatización en sus procesos de fabricación. El del calzado no ha sido ajeno a ello. Aunque se trate de una fabricación tradicionalmente artesanal, también se han desarrollado avanzados equipos destinados específicamente a trabajos como la fabricación de hormas, el pulido, el lijado o, por supuesto, en empaquetado.
De hecho, grandes firmas de fabricación de calzado deportivo tienen ya fábricas con procesos completamente automatizados para dar respuesta a la enorme demanda de sus productos en un mercado, además, globalizado.
Aunque la fabricación artesanal siga teniendo un rasgo de exclusividad muy valorado por muchos consumidores, lo cierto es que la automatización y el uso de robots implica beneficios interesantes. Ese sería el caso de procesos de encolado, en los que existe un riesgo de inhalación de productos que pueden resultar nocivos. Todo, sin olvidar que la maquinaria y las nuevas tecnologías permiten mejorar la calidad y los acabados.
El debate es inevitable, tanto en el sector del calzado como en cualquier otro sector productivo. Hay una cierta resistencia a los avances técnicos y tecnológicos por la inversión y el sacrificio de puestos de trabajo que puede implicar. Sin embargo, sin mejorar sus procesos para ganar en competitividad, el futuro de muchas empresas correría peligro, más en las circunstancias actuales y con los países asiáticos pugnado por dominar los mercados.