Vida de perros

La Cultura en el punto de mira (primera parte)

Una vez deseado un feliz año para cada una de ustedes, queridas personas, les diré que una de las cosas que le pido a este 2017 es que la Cultura pueda convertirse en un punto fuerte dentro de las estrategias municipales de nuestra ciudad. Una vez vistas la indiferencia, la dejación de funciones y el desprecio que tal materia recibe desde el gobierno central, resulta cada vez más inevitable que cada territorio comience a ocuparse por su propia cuenta de este importante asunto de la Cultura. Hasta tal punto ha llegado el desacierto de las medidas e intervenciones en materia cultural que casi parece necesario que alguien vaya a explicarles qué es eso de la Cultura. Y es que el problema a estas alturas puede ser tan simple como hacer una terapia con esas poderosas personas sobre el miedo hacia lo desconocido.
El problema con la Cultura es que no podemos ni debemos intentar confinarla. No se trata de circunscribirla a una Casa de Cultura, ni a una concejalía de Cultura. La exigencia de parcelar las distintas actividades que se dan en una ciudad en sus “correspondientes” concejalías, nos conduce a un esquema poco propicio para el desarrollo cultural. Tal problema es mucho más visible cuanto más notables sean las actividades que se realizan a lo largo del año. Entonces, la necesidades de recursos económicos, materiales y humanos hacen necesaria la participación de varias concejalías y departamentos para cubrir las necesidades de la propuesta (festivales de música, Fiestas del Medievo, Muestra Villena…). Aunque más allá de que el núcleo organizador sea Juventud, Cultura, Gabinete de Desarrollo Económico o una asociación de vecinos y vecinas, siempre aparecerá la voz cantante de las concejalías “fuertes”: sea la de Hacienda o, en el caso de Villena, la de Turismo. Un error a mi juicio que pone en entredicho la identidad de las actividades, su proyección a medio plazo y su relación con el resto de actividades. La fórmula para un buen desarrollo cultural estribaría en la creación de un Plan de Cultura.

Villena ha ido asimilando las distintas propuestas culturales que han surgido a lo largo de los años. Unas se han quedado y otras han desaparecido –en muchas ocasiones por motivos muy lejanos a su idiosincrasia–. Las propuestas se han ido ubicando de forma más o menos organizada en las distintas concejalías y edificios de nuestra ciudad. Luego el tiempo y la aceptación pública han asentado sus espacios, sus tiempos y sus presupuestos, o han modificado alguno de estos puntos de forma más o menos forzosa. El caso es que, cuando con el paso de los años, ha surgido algún problema sea por el crecimiento de la actividad, el cambio de color político en el gobierno o por cualquier otro tipo de circunstancia, la actividad ha podido o puede quedar sin apoyos y totalmente indefensa –igual que se ha visto o podría verse “chantajeada” por intereses ajenos a sus objetivos–. Un asunto que denota falta de solidez, de suelo, en materia Cultural.

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