Viéndolas pasar

La Grandeza de El Rabal

El Rabal, el barrio con más solera de Villena, el Casco Antiguo e Histórico por definición es grande, grande de Grandeza, con mayúsculas. Sus gentes tienen Grandeza y lo dejan patente de forma constante, no sólo con el Mercado Medieval que cada año celebran con extraordinario éxito, sino por las innumerables actividades que desarrollan y por la impresionante capacidad de movilización que tienen y, por supuesto, por su iniciativa.
No es fácil encontrar tantos voluntarios comprometidos, salvo en lo relacionado con las Fiestas de Moros y Cristianos, para llevar adelante cualquier actividad que afecte a todo un barrio, y esto se aprecia a poco que uno pasee por sus calles, más aún en fechas tan señaladas como las de este fin de semana.

Pero toda esta movilización necesita de un catalizador, alguien que encauce toda esa energía en pos del objetivo común. Sin duda, en El Rabal hay personas por todos conocidas por su relación con la política municipal y provincial –espero que pronto lo sea a nivel nacional–, en la que han ostentado altos cargos, que son capaces de generar movimiento, demostrado está. También se halla la Oficina dependiente del Ayuntamiento que con tanto acierto se ubicó en el barrio para fomentar y coordinar su desarrollo y que, entiendo, cumple con su deber en estos actos y en las actividades del barrio que por cuestiones de espacio no puedo enumerar en estas seiscientas palabras.

Pero creo que estarán de acuerdo conmigo en que por encima de todo ello, o si quieren que lo diga de una forma menos ostentosa, como motor de todo ello, se encuentra Ángel Giner, Presidente de la Asociación de Vecino de El Rabal. Una persona a la que no me canso de felicitar, año tras año, por su dedicación y su buen hacer. La verdad es que sólo coincido con él en estas fechas del Mercado Medieval, y cuando le estrecho la mano dándole la enhorabuena intento resumir en dicho apretón mis felicitaciones globales por el conjunto de actividades, acciones y eventos que organiza el barrio.

Sería injusto obviar al resto de colaboradores de Ángel, desde luego hago extensiva mi felicitación y admiración a todos ellos y, como he escrito al principio de esta columna, al barrio entero, cuyos habitantes simbolizan, creo yo, el éxito del trabajo solidario y coordinado enfocado a la recuperación y esplendor de todo el barrio y por extensión, de toda la ciudad de Villena.

Va a parecer que cebo con Ángel, pido disculpas, pero es que al hilo de todo esto, conviene recordar que las personas, por sus actos, se identifican, y el caso de Giner es especial porque sus actos demuestran su grado de compromiso con todo aquello que signifique aportar algo positivo a su barrio. Podría parecer que queda en un “algo” egoísta: su barrio. Pero no es así, las no muchas ocasiones que he entablado conversación con él, he tenido la sensación de estar hablando con una persona cuya capacidad de visión de conjunto supera con mucho la de la mayoría de personas que conozco y que por el puesto que ocupan o han ocupado, se supone que deben tener dicha perspectiva.

Curiosamente Giner no se ha significado políticamente hasta hace pocos meses, al menos que yo sepa, siendo crítico y cooperador tanto con socialistas como con populares. Esa equidistancia es sinónimo de limpieza en la defensa de los intereses de su barrio, seguramente de su propia ideología, y podría encajar en el perfil que muchos creemos que UPyD, el partido de Rosa Díez, tiene. Mientras esto llega: Felicidades al barrio de El Rabal. Enhorabuena, Ángel.

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