El Volapié

Los herederos

José Luis Sampedro se dirigió a Rajoy en una carta abierta publicada por todo el hiperespacio, llamándolo hijo de puta y expresando una serie de razones. Comparto las razones, pero a nadie se le debe insultar de esa manera y mucho menos en público, salvo que se tenga una garantía plena sobre la condición de la madre. Me temo que en este caso, la pobre no tiene culpa salvo de haberlo parido.
No sólo Rajoy… Zapatero, Aznar, Felipe González y Suárez me enardecen cuando me pongo me pongo a pensar en ellos, y los conatos de insulto se posicionan en el cortex. Pero de ahí no pasan.

El uno por traidor a quien lo nombró –¿cómo se puede considerar como de fiar a un hombre así?–, aquel porque consideró que España era su cortijo y la destrozó a su antojo –económica y territorialmente–, el otro porque encubierto con el camelo de que la economía española había logrado el milagro, nos contó la película de que los inmigrantes serían el garante de las pensiones y del Pacto de Toledo –además de ahondar en las políticas secesionistas–, el penúltimo porque no se puede ser más sectario para lograr la discordia y el mayor enfrentamiento entre los españoles durante un tiempo de paz –y ser el peor gestor de la historia–, y este porque se sentó en el sillón mintiendo, sigue mintiendo y continuará con sus patochadas hasta que las altas esferas económicas nos den aire para que esto se solucione por sí mismo.

Del pobre Calvo Sotelo, ni media.

Por un lado, el despilfarro autonómico comenzó coincidiendo con el minuto uno de las autonomías, aunque sea ahora cuando ha resultado escandaloso gracias a que la crisis lo ha volcado sobre el tapete.

Por otro, el papelón de Alemania, que ya ha provocado dos conflictos bélicos y otro económico en apenas un siglo. Las guerras las solventó mejor que bien y nadie es capaz de llamar nazi a un alemán por mucho Hitler que hubo. Alemania –la actual Alemania– supo purgar sus pecados y todavía se echó a Europa a sus espaldas tras la caída del Telón de Acero, convirtiéndose en un ejemplo para las demás naciones.

Sin embargo, lo de ahora no tiene nombre y resulta complicado no pensar que Merkel está siendo mucho más hija de puta que toda la reata de nuestros Presidentes.

No obstante lo dicho -por ser lo más reciente- si Zapatero negó la crisis ahora Rajoy niega el rescate, pasando del País de las Maravillas al Cuento de la Lechera. Antes de que se rompa el cántaro toca que los de siempre las pasemos canutas, porque la situación no se resuelve y va de mal en peor. Cada uno de sus embustes nos está costando a cada uno de nosotros un montón de pasta y un perjuicio irreparable para España, que no serían capaces de pagar ni Rajoy ni Zapatero juntos, con todos sus gobiernos y advenedizos al completo, condenados a trabajos forzados de sol a sol durante el resto de sus vidas.

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