Escena 1
- Cariño, este domingo tengo comida familiar.
- ¡Oh! ¡Qué bien, cielo! ¿Celebráis algo?
- ¿Celebráis? Esperaba que vinieras...
- ¿Ir yo?
- Bueno, me parece una buena ocasión para presentarte a mi familia...
- ¡Eeeerrrrrr!
- Pero que si no te viene bien, no tienes por qué hacerlo...
- ¡Elisa! No me hagas el truqui de meter presión por las bandas, que no funciona, ¿eh?
- ¡Anda, tontorrón! ¡No sabes lo que me gustaría que vinieses!
- Eres perversa...
- Lo soy.
- Espero que el sacrificio tenga recompensa...
- Mira que te gusta hacerte el mártir...
- ¿A que no voy?
- No vengas si no quieres. Es tu elección.
- Ya estamos otra vez con el pressing...
- Venga... anímate, cariño.
- Y, ¿qué gano yo a cambio?
- Prometo rascarte la espalda, cuando tú me digas, durante... dos semanas.
- Un mes.
- ¡Oye! ¡Si te supone tanto esfuerzo, no vengas!
- Veintiún días, como la Samantha esa de la tele.
- Una semana.
- … eres muy buena... dos semanas.
- Dos semanas.
- Pero me deberás rascar la espalda el tiempo que yo quiera.
- ¡No abuses!
- Vale, ya lo vamos viendo... si eso...
- Vale.
- ¿Hecho?
- ¡Hecho!
Escena 2
- Buenos días, señor alcalde.
- Buenos días, Avelino.
- ¡Buenos días nos dé Dios, alcaldesito!
- Buenos días, Juan José. ¡Menuda energía salesiana llevas, pardal!
- En cambio, tú llevas una cara de mustio...
- Tengo una movida bastante gorda.
- ¿Qué te ha pasao ahora, santo Job?
- Elisa, que se ha empeñado en presentarme a su familia y eso...
- ¡Hombre! ¿Sacamos el champan?
- ¡Poca broma, Juanjo! ¡Estoy empezando a agobiarme!
- No es para tanto, nene. Es sólo un paso más hacia la plenitud de vida en pareja.
- Sí, claro...
- ¡Jajajajajaja! ¡Te han cazao, alcaldesito! ¡Ahora sí que estás jodido!
- Juanjo, haz el favor...
- ¡Oye, no te enfades!
- No me enfado, me acojono.
- ¡No me seas cagabandurrias, hombre! ¡Vas, comes, eres simpático y pa casa!
- Claro, tan fácil.
- ¡Ánimo, hombre! Voy a ver si veo a Andrés, que tiene que firmar unos papeles de nosequé...
- Muy bien. Hasta luego.
- Hasta luego, señor Alcañiz.
- Hasta luego, Avelino.
- …
- …
- ¿Me permite un consejo, señor alcalde?
- Por supuesto, Avelino.
- ¡Hágase el muerto!
Escena 3
- Buenas noches, cariño.
- Buenas noches, amor.
- ¿Te pillo acostada ya?
- Iba a entrar en la cama ahora, que mañana tengo clase a primera hora.
- Sólo llamaba para decirte...
- Dime.
- Hoy estabas radiante, Elisa.
- ¡Oh! ¡Gracias! Esta comida ha sido muy importante para mí. Ya lo era antes de sentarnos a la mesa.
- Espero haber estado a la altura...
- Lo has bordado, mi amor.
- ¿Te cuento un secreto?
- Sí, por favor.
- La verdura en tempura que he pedido, estaba más salada que la salmorra.
- ¡Jajajajaja!
- Y encima, como la botella de agua la tenía tu hermana y con el rollo de que la mesa era redonda y demasiado grande... ¡he pasado una sed!
- ¡Jajajajaja! Eres como Mr. Bean pero en guapo, mi vida.
- Ha sido muy gracioso, sí.
- … bueno... el flan era dulce...
- ¡Sólo faltaba que me hubiesen sacado un flan de bacalao!
- Pues mis chuletas de cordero estaban buenísimas.
- ¿Ves? Eso me pasa por ser vegano.
- Dulce estaba muy contenta de vernos juntos.
- Esa niña es bonita a rabiar.
- ¡Sí! Dice que quiere que seas su tío para siempre.
- ¡Desde luego que sí!
- ¡Incluso Lorenzo ha hablado hoy!
- Tu cuñado es buenísimo.
- Normalmente come, gruñe y poco más.
- Cuando le ha preguntado Dulce si podía probar su postre y él ha contestado “habértelo pedido”, casi lloro de la risa.
- Es siempre igual con ella.
- Mola que sea un troll. Me cae muy bien.
- Y tu hermana es muy simpática y amable.
- Hoy la hemos pillado bien. Estaba muy contenta por nosotros, amor.
- Estaba contenta de verte feliz... y yo también.
- A mis padres les has encantado.
- ¡Y ellos a mí! Sólo espero que no se hable nunca de toros en nuestras celebraciones.
- No te preocupes, prefieren hablar de política.
- ¡Jodo!
- Tampoco sacan mucho el tema. Solamente cuando sale Pablo Iglesias en la tele.
- Imagino que para echarle piropos.
- Sí, más o menos.
- Siempre les puedo decir que soy krausista y que creo que la base de una sociedad sana es una educación saludable y avanzada... así me salgo por la tangente.
- No vas a poder: saben que eres el alcalde.
- ¡Cachis en los mengues! ¡Espero que, encima, no lean El Ordenanza!
- ¡Jajajajajaja! Tranquilo, pensarán que eres tan bicho raro como yo.
- Eso sí...
- Gracias por ser tan encantador, cariño.
- Gracias por ser mi alegría, Elisa.
- Te quiero.
- Te quiero.