Mujeres de pluma, mujeres de suma
Quiero compartir la bonita experiencia que he podido vivir con un grupo de mujeres solidarias e implicadas
¡Hola de nuevo, personas lectoras! Me vais a permitir aparcar un poquito a la madre naturaleza y sus derechos, pues quiero compartir la bonita experiencia que he podido vivir con un grupo de mujeres solidarias e implicadas, que se han juntado con un grupo de mujeres escritoras o escribientes, para llevar a cabo un ejercicio de feedback entre la salud y el arte de las letras.
Allá por el mes de octubre del pasado año, recibí un mensaje de WhatsApp que decía: “Estamos organizando una charla/encuentro de mujeres de Villena que escriben. Hemos pensado que tú eres una de esas mujeres”, y en el cual me ofrecían poder ser parte del evento.
La respuesta –¡Me encanta la idea, cuenta conmigo!– fue inmediata, aun sin saber muy bien qué estaba aceptando y sin tener información de las compañeras de viaje con quienes iba a poder compartir esta vivencia. La acción/reacción de la respuesta fue consecuencia directa de la combinación de dos circunstancias que se dan en mí: por un lado, mi innato convencimiento de que ayudando te ayudas, lo que me lleva a dar respuestas afirmativas en asuntos de arrimar el hombro, y por otro, lo interesante, novedoso y reivindicativo de la idea que me proponían.
Y así, en cuestión de una semana me encontré dentro de un grupo de WhatsApp (of course) formado por Antonia Rodenas, Concepción Hernández, Pepa Navarro, Ángeles Corella, Ana Calatayud, Silvia López y Chari Mondéjar, todas ellas mujeres escritoras, o que escriben, como ellas mismas se definen, al cual se sumó Ana Valdés, una mujer excepcional y generosa que aceptó ser la moderadora de un evento que se señaló para el miércoles 18 de enero de 2023.
Pues bien, como habrán adivinado, el evento “Literatura en Femenino” ya se ha celebrado, y durante hora y media ocho mujeres de Villena que normalmente escribimos desde posturas tan dispares y diversas como son los cuentos infantiles, el ensayo, la novela, la poesía o los artículos de opinión, mudamos de registro y nos convertimos en contadoras de historias, de nuestras historias.
Ello nos llevó a abrir de par en par nuestro espacio interior para narrar los diversos caminos y motivaciones que nos llevaron a esta práctica, qué enseñanzas y crecimientos personales obtenemos a través del arte de escribir como forma de expresión, qué nos nutre de esta práctica, qué nos sana. Y lo hicimos sin la prevalencia de nuestro género (no tocaba), con la sola condición de unos seres humanos que sin etiquetas ni corsés sociales expresaban los motivos personales que les llevaron a adoptar la escritura como una parte de sus vidas. Y al compartir, como dijo Concepción Hernández, estos pensamientos dejaron de pertenecernos, para ser de todas las personas presentes, con las cuales dibujamos un pequeño universo de complicidad muy gratificante.
Y esto fue posible gracias a otro grupo de mujeres que a la pregunta “¿Quiénes somos?” responden: “mujeres de diversas edades, situaciones y nivel cultural, pero con un objetivo común, el empoderamiento femenino”, y que llevan en la tarea desde hace 20 años, a las cuales podéis conocer mejor en la Asociación Mujeres y Salud de Villena.
Fue bonito, muy bonito, que mujeres que se esfuerzan por poner en manos de otras mujeres herramientas que puedan aumentar sus fortalezas y mejorar sus capacidades, y con ello hacer crecer su potencial personal (empoderamiento), mujeres que suman, hicieran posible que otro grupo de mujeres diverso y dispar, que apenas se conocían, pero que compartimos el nexo común de escribir como herramienta de expresión, desahogo y reflexión, mujeres de pluma, hayamos podido coincidir en un breve pero intenso espacio temporal.
Espero y deseo que esta simbiosis femenina haya sido la primera de otras muchas que puedan venir, pues en Villena no falta el talento, ni la generosidad, ni la implicación, y porque (ahora sí es el momento) juntas somos más fuertes.