El Diván de Juan José Torres

Nada es eterno, ni siquiera el poder

¿Quién lo iba a decir? ¿Qué ha pasado para que el PP no haya conseguido su mayoría absoluta? La política es traicionera y a veces, quien a hierro mata, a hierro muere. El cinco de febrero de 2010 publiqué en este periódico el artículo “La Alcaldía cara a la pared”, que hacía referencia a la escisión de los entonces NA y, como si no hubiese pasado el tiempo, rescato una cita: “A partir de ahora el desmembrado equipo de gobierno se va a encontrar de frente a antiguos compañeros heridos, rendidos pero supervivientes. El cruce de miradas o los gestos esquivos sembrarán la duda de la venganza. Y ahora más de uno se preguntará: ¿De qué sirvió el látigo?”.
Por activa y por pasiva, también desde estas páginas, se le avisó al gobierno de Celia que la vara de mando sirve para medir distancias y cercanías, pero con criterios razonables. La inicial mayoría absoluta debía otorgar confianza, no soberbia. Cuanta más fuerza se tiene mayor seguridad se esgrime y el liderazgo incuestionable debería servir para gestos de generosidad, nunca de prepotencia. No lo hizo así Celia, que alardeó de chulería queriendo gobernar sólo para sus votantes, menospreciando a la oposición, marginándola de la Junta de Gobierno, ridiculizando al de enfrente, ninguneando propuestas ajenas y, para rematar la faena, enemistándose con compañeros de gobierno, arrinconándoles, asediándoles y desprestigiándoles.

Los vilipendiados NA formaron Villena Centro Democrático y las urnas le han concedido dos concejales, los dos que ha perdido el PP. Posiblemente Celia, si pudiera retroceder en el tiempo, modificaría su ira con los entonces compañeros y habría negociado con sensatez las diferencias. No lo hizo y el destino ha querido que los desamparados de entonces sean ahora sus verdugos. Argumentará ahora el PP que ha sido el más votado y que otro tripartito, no quinteto, le puede arrebatar la Alcaldía. Puede que sea injusto pero las reglas del juego son consentidas, al igual que la injusta Ley d´Hondt, que perjudica a las minorías.

Seguro que VCD tendrá menores dificultades en llegar a acuerdos con las otras formaciones, con un trato de igual a igual, que vérselas con sus antiguos loberos. Al PSOE sin duda le ha salpicado la crisis, la horrible y contradictoria gestión de Zapatero, la improvisación de su propia lista electoral y, sobre todo, el ridículo espantoso de su aireada crisis interna con baile de portavoces incluido. Malos tiempos para ellos, que tendrán que reiniciar, con profunda autocrítica, un lavado de imagen coherente y creíble. Deberían para empezar implicarse en la máxima colaboración con el Grupo Verde. No mojarse en este aspecto sería corroborar la apatía exhibida en esta legislatura.

La pérdida de votos y escaños del PSOE se ha trasvasado a las filas de Los Verdes de Europa que, además, ha recibido un buen puñado de votos de la antigua militancia de IU. Los Verdes ya no están tan verdes y han ido madurando en el transcurso de varias legislaturas, desde la oposición y desde el gobierno. Su honestidad es evidente, los que integran su lista tienen sus puestos de trabajo y remuneraciones solventes, muy lejos de la sospecha de acceder a la política como medio de subsistencia. Están formados y vienen realizando un trabajo de hormiga desde hace años, al contrario que otras cigarras que sólo observaban su ombligo. A partir de ahora están sujetos a una mayor responsabilidad y con la obligación de comportarse con exquisitez con todo el mundo.

Sólo espero que el nuevo Gobierno actúe con sensatez, con el horizonte puesto en la ciudadanía, movidos por el servicio público y con la bandera de la transparencia. Difícil papeleta con las arcas tocadas y con la Diputación y el Gobierno Autónomo ninguneando. Aun así contad todo lo que pase y ocurra, logros y frustraciones en medio de la austeridad. Y quien se comprometió a pagar la Plaza, que la pague. ¿O no?

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