Cartas al Director

Ni bulos, ni balas

Es más fácil que te pegue un tiro un policía estadounidense a que tengas un trombo por vacunarte…

Aseguran los que entienden que una mentira repetida muchas veces se convierte en una verdad. Tengo yo un allegado, mentiroso compulsivo, que le pasa al revés: Cuando dice una verdad –rara es la vez–, ya nos la puede repetir las veces que quiera a quienes lo conocemos que siempre será una mentira. Nada, por aquello de “¡Que viene el lobo!”.

Siendo la abuela de Maricastaña moza, los bulos pasaban de boca en boca ocurriendo como cuando lanzas una bola de nieve por una cuesta abajo nevada: conforme baja va in crescendo. Como le ha pasado a un servidor, que ha llegado a estirar la pata en seis ocasiones por dimes y diretes de inútiles cerebrales a los que no hay que tener en consideración alguna.

Con la llegada de las nuevas tecnologías y a raíz de la Covid-19, se ha colgado en las redes sociales cada morcilla dándole viso de veracidad, y sólo ha sido creída a pie juntillas por los que de frente no tienen ni un dedo, y esto si me apuras. Estas “verdades” sólo se merecen tirarlas a la basura, puesto que son basura en sí.

Una de ellas, aparecida en las susodichas redes, es pa’ mear y no echar gota. Hela aquí: “El secador del pelo cura la enfermedad”. Como se lee, tronco. Pienso yo ahora que el problemón lo tendrían los calvos, fíjate tú.

Esta también se las trae: “Hacer gárgaras con agua tibia y sal o vinagre previene la infección por coronavirus”. Sin llegar a ser un Einstein se sabe que esta necedad no tiene por dónde agarrarla. Si fuese cierta las vacunas estarían de más, y el precio de la sal o el vinagre semejaría al del petróleo. Con estas dos ‘perlas’ creo que doy a entender lo que quiero decir.

Durante la ya acabada campaña electoral en Madrid, lugar donde nací, también han salido –¡faltaría más!– bulos o “desinformaciones” por doquier. Cojamos otras dos perlas: Por una parte, aseguran que si gana la izquierda tiene previsto cerrar todos los hospitales públicos. Ahí es na.



Y por otra, un camión con un logo de la ultra derecha queda atascado en un puente con proclamas de extrema izquierda y el lema “No pasarán” escritos en él. El atoramiento es real, pero ni se trató de un camión ultra ni había en el puente proclama alguna. Ya hubiera sido extraordinariamente casual, por no decir imposible, que un vehículo ultra hubiese quedado atorado en un puente con esas características. Ver para creer.

Dejando a un lado este tema diremos: el exvicepresidente 2º del Gobierno, el ministro del Interior y la Directora Gral. de la Guardia Civil han recibido respectivamente unos correos amenazantes de muerte con balas en su interior. Balas del fusil de asalto CETME –conocido durante la extinta Mili por “El Chopo”–, así como misivas con la amenaza.

Y llegó el circo, los derechistas afirman que no son ciertas las amenazas al ser toda una invención para sacar votos. Los ultras dicen, ya es tradición en ellos, que la izquierda “bolchevique” y “Bolivariana” miente al respecto y tiene la culpa de todo, hasta de que por la mañana en el desayuno se les quemen las tostadas. Total, que entre pitos y flautas nos quedamos como estábamos.



Es natural que estas ‘presuntas’ amenazas hayan producido un efecto dominó y, como es costumbre, han comenzado a salir a la luz quienes aseguran haber sido amenazados en el pasado, pero no quisieron airearlo. ¡Ya! Esto no se lo cree ni el tonto del pueblo. Además, todos de un lado u otro han sido tan indignos como para usar los muertos –poca vergüenza– por el virus como arma arrojadiza en sus debates. Con tal de apoltronarse como sea son capaces de todo, y lo peor es que ya nos tienen acostumbrados.

Y ahí tenemos a los USA, peseteros por antonomasia, que no mandan ningún tipo de misiva amenazante con balas en su interior. Ellos las meten directamente en el cuerpo con su arma reglamentaria y el ahorro en sellos se lo gastan en más balas. Lo que yo te diga, colega.

Y como a la par que escribo ha habido otro tiroteo en los EE.UU., éste que lo es se va corriendo a sus anchas como bala perdida que es. Lo dicho, es más fácil que te pegue un tiro un policía estadounidense a que tengas un trombo por vacunarte. ¡Vacunaos, que lo que no mata engorda! Hasta más poder ver. ¡Au!

Por: Tony Piojo

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