Vida de perros

¡Qué ruina de función!

Mira que andaba entregado en el tema de las quinielas electorales, ya lo he manifestado, e imagino que muchas de las queridas personas que andan en estas columnas “guadianadistas” lo hacen del mismo modo. Pero aún así, y pese a las alineaciones concretadas hasta el momento, me sucede idéntica angustia a las semanas transcurridas desde la manifestación de mis inquietudes. Todavía ando con el viejo “Quién es quién” y el “¿me he perdido algo?”.
Formalizo una vez más mi adhesión a las fórmulas minoritarias –las de “en busca de la llave prometida”– por su veloz demarcación (obviamente continúa sorprendiéndome la aparición de A.G.A. como candidato, para quien lo entienda). Pero se me hace casi irreverente escuchar cómo la candidatura de la Lledó se asegura, se interlínea y se insinúa al tiempo. ¿Qué narices me están ustedes diciendo? Porque no querrán que haga la rima fácil: en tanto en cuanto no tenemos candidato o no lo tenemos confirmado (vamos, que dice que no quiere) es entonces, y sin que sirva como decisión unánime y definitiva, la señora Lledó la candidata (por el momento) al frente del Partidísimo Popular.

Seamos serios, narices (sin ofender a los columnistas de esta publicación, espero –por la exclamación–). ¿Tienen o no tienen ustedes candidata –candidato– con voz y voto, y autoridad y apoyo, para encabezar la lista de su Partido Popular? Y es una pregunta sin argucias ni menoscabo de sus “listados” ni de su intención. Es simplemente decir, a llanas, ¿estamos esperando –estáis esperando¬– a que el señor Martínez (y quien no lo sepa que lo investigue) diga sí o no para decidir postura, candidatura y campaña? Espero y deseo que no. Porque depender de la decisión de dicha persona no es más que decir a la ciudad –que se está diciendo– que no hay candidato válido o decidido (–a, por la señora Lledó) y que a falta de pan buenas son tortas. Jugar las cartas no en pro de Villena –repetido hasta el hartazgo– sino en consecuencia de ¿qué? Invito a decir por no decirlo yo. Pero venga, en pro de ¿decisiones autonómicas?, ¿intereses “votacionales”?, ¿melindres? ¿vinalopós digitales?

Me parece que el Partido Popular cuenta con personas con suficiente credibilidad, juicio y, si quieren, popularidad, para no andarse con los “mamoneos” a los que nos anda sometiendo a la ciudadanía. Que debe tener argumentos –anda, cualquiera es bueno para criticar, aquí un ejemplo– y propuestas suficientemente coherentes como para convencer a la ciudad de que su opción es la acertada. Pero tales “mamoneos”, oscurantismo si prefieren, asustan a su propio electorado y alegran al resto. Regurgitan sus propios horrores en la más insignificante de las derrotas.

Me acaba de llegar la noticia de que la señora Lledó es al fin candidata. ¿Obligada, por eliminación, por renuncia del Sr. Martínez (pese a la insistencia de “Paquito” y de “JoséRa”, que avalaban su candidatura desde el Consell)? Falta de respeto para sus compañeros de partido, para sus votantes, indignación incluso para quienes creen en la palabra de ellos y ellas, sus vecinos. Quizá vaya a tener razón el insuperable –por años y años– Ágredas al decir que no debemos decantarnos por partidos que demarcan sus opciones “desde arriba”, aunque cualquiera le da un voto a él, quien asiste al diputado provincial en cuanto a bomberos se refiere –por sus conocimientos telequinésicos–. Pero dejando Ágredas y Manolos a un lado, insisto en el respeto a quienes sí creen en un partido popular (válgame el “palabrajo”) y son ninguneados por fichajes de última hora cuyo resultado no es mejor que el de Anelka o Riquelme.

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