Vida de perros

Servicio de limpieza municipal

No dejó de resultar curioso que tras regresar a Villena una vez concluidas las Fiestas de Moros y Cristianos del presente año, nos encontráramos destacadas entre otras noticias las quejas de los dos únicos partidos de la oposición en relación al trabajo realizado por la empresa contratada para la limpieza de nuestra ciudad. Sin entrar en el asunto y a rebufo de estas quejas, que si bien en este caso son particulares, pero que sin embargo resultan recurrentes a lo largo del año en uno u otro sentido, quisiera aportar unas pequeñas piedrecitas a esa montañita cada vez más montaña.
Y es que si bien en nuestro barrio, el de las Cruces, no tenemos queja del rugido de la sopladora que limpia las calles, sí la tenemos en sentido contrario: por su ausencia. Y es que la limpieza una vez superada las calles adyacentes a la Avenida de la Constitución es más bien escasa. De este modo, aparecen botellas y latas vacías, así como pequeños montículos de bolsas de aperitivos y demás que el viento ha arrinconado en algún portal o ha cobijado junto a la rueda de algún vehículo; algo que se acentúa cada vez que nos encontramos con algún evento extraordinario en que hay mayor tránsito por estas calles.

Cosa distinta es la de la recogida de los contenedores de material reciclado. Estos no solo parecen estar dispuestos concienzudamente a lo largo de los itinerarios escolares, sino que por parte de la empresa en cuestión parece un asunto de importancia que la población seamos consciente de sus labores de recogida. Por tal motivo, como si no hubiera otra hora a lo largo del día, los camiones se dedican a levantar estos enormes contenedores para vaciarlos en los camiones cualquier día laboral a las nueve menos cuarto de la mañana, para disfrute de niños y niñas que circulan por las estrechas aceras mientras el contenedor se balancea vaciando sus tripas. Y para disfrute de conductores y conductoras que deben esperar pacientes la finalización del proceso. Curiosamente es también en este horario cuando el vehículo escoba recorre las calles avanzando con la lentitud suficiente para ser efectivo mientras otra larga fila de coches procesiona tras él.

No conozco muy bien quién diseña los horarios y traza los itinerarios de este servicio de limpieza tan presente en nuestras vidas, ni siquiera sé si tales ajustes se presentan en nuestro ayuntamiento, ni si hay alguna persona encargada allí de dar el visto bueno. Sea como sea parece hacerse necesaria tal labor, así como resulta necesaria una labor de seguimiento que pueda esclarecer y poner los puntos sobre las íes respecto a los compromisos a los que esta empresa llegó con nuestra ciudad y que, a tenor de las quejas larga y repetidamente escuchadas, parecen demorarse sin una justificación razonable.

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