El Volapié

Solicito el rescate

Ya me hubiese gustado ser valenciano y no el mediocre villenense que soy. Tras cuarenta y tres años de permanecer ciego, el pasado martes me di cuenta de que en esta vida el grandioso hecho diferencial valenciano es algo envidiable para un humilde natural de Villena, que de milagro apenas puede subsistir dado que se niega a hablar en valenciano.
Sea así, aunque los muy grandiosos tengan la jeta de esconderse detrás de la bandera del conquistador maño para no pagar lo que deben. En mi caso desde hace un año. Todo este tiempo he vivido negando la evidencia y viviendo por encima de mis posibilidades. Disfrutando de casa y coche, de las fiestas y los toros, sin hacer nada por evitar comer tres veces al día –e incluso algunas mañanas tomando café y comprando el periódico– y malgastando el dinero en las clases del conservatorio para mi hija o en la academia de idiomas para mi hijo.

Mientras he estado derrochando el dinero es estas bagatelas, los políticos que han consagrado su vida en nuestro servicio han construido un mundo que no merecemos: Aeropuertos cada dos leguas, terras míticas, ciudades de las luces, oceanográficos, hemisféricos, ciudades de las artes y las ciencias, bioparques y mega cauces del Turia –estas últimas en la grandiosa tierra de las flores–, cantinas de quince millones de euros, piscinas y complejos deportivos de uso privado, plazas, aceras, rotondas y ramblas impracticables.

No duden que todavía me quedan fuerzas y riñones para tragar con los dos asuntos anteriormente expuestos, y más que me quedarían cuanto más difíciles nos las pusieran los valencianos o el registrador.

Es en Villena donde necesito un rescate y sólo estoy hablando de toros. Aquí sucede que el señor Esquembre es Alcalde de Villena gracias a la voluntad del señor Richart de que así sea. Pero no es menos cierto que el señor Richart tiene lo que tiene merced a la aquiescencia del señor Esquembre. Y con todos los quebraderos de cabeza que ello pueda reportarles a ambos, sus sillones les ofrecen una comodidad óptima.

El primero no tendrá el honor de Presidir el Ayuntamiento cuando finalice esta legislatura y al segundo le queda en política lo mismo que falta para que se celebren las próximas elecciones municipales, como máximo.

Tras los futuros comicios, Los Verdes seguirán teniendo una opositora función municipal y VCD pasará inevitablemente al capítulo de las anécdotas políticas. Mi petición –por lo tanto– va dirigida al tercer partido que conforma la peculiar alianza de gobierno.

El PSOE sí tiene opciones de futuro para mandar en la Plaza de Santiago y además es un partido con libertad de culto donde la Tauromaquia es una cuestión de conciencia personal, aunque con toda lógica discrepen del movimiento taurino que hay actualmente en Villena, exclusivamente encaminado a intrigar para estar en el caldico de la corrida del día. Cuando los toros son otra cosa que en nada se parece a eso.

¿Existe alguna posibilidad de que el PSOE posibilite la libertad de empresa? En Villena. En el ámbito taurino.

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