Abandonad toda esperanza

Trasvases

Abandonad toda esperanza, salmo 519º
El verano está a la vuelta de la esquina. Y vaya si se nota: no solo en el inaguantable aumento de las temperaturas, sino también en una cartelera cuyo interés ha decaído considerablemente... aunque todavía queden un par de estrenos notables de los que les hablaré en breve. En cuanto a la televisión, allí también se nota; muchos de sus trabajadores se marchan de vacaciones y los distintos canales recurren a lo mismo que los transportes públicos cuando van a la huelga: a los servicios mínimos. Así, algunos programas reducen su duración (dentro de nada dejarán a mi querido Días de cine en la mitad de lo que es), mientras que otros -la mayoría- sustituyen las nuevas grabaciones por redifusiones cuando no, directamente, desaparecen de la parrilla.

Quizá los menos afectados por la sequía estival sean los aficionados a las series, más que nada porque, como dijo alguien parafraseando una triste máxima de los que quisieron justificar la crisis económica, estamos viendo series por encima de nuestras posibilidades. Hasta los fanáticos de Robert Kirkman disponen de su dosis veraniega para calmar el mono ante el cambio de temporada de The Walking Dead y el parón a mitad de la segunda de su precuela Fear the Walking Dead: Outcast es la adaptación de otro cómic del creador de Invencible, y dado que por ahora solo hemos podido ver un par de episodios -Cinemax no es como Netflix, que el pasado miércoles estrenaba del tirón los ocho de la prometedora Stranger Things, de la que también espero comentarles algo cuando tenga tiempo de catarla-, es imposible saber si ocurrirá lo mismo que con la exitosa serie basada en su cómic Los muertos vivientes (o, por citar un caso muy célebre, con Juego de tronos respecto de los libros de George R. R. Martin): que obra original y adaptación audiovisual tomen caminos narrativos muy distintos en uno u otro medio. Por el momento sucede todo lo contrario: el piloto de Outcast es una de las adaptaciones en imagen real más fieles que se han podido ver jamás de un material previo (cartel incluido), tal y como podrán comprobar si se hacen con el primer volumen (ya hay dos en la calle) de la edición española del tebeo, aquí traducido como Paria... El prometedor Adam Wingard, responsable de dos filmes tan interesantes como Tú eres el siguiente y The Guest, se encarga de dirigir un guion escrito por un Kirkman que al parecer quedó tan satisfecho de su propio trabajo en el cómic que pensó que para qué cambiar una sola coma.

No obstante, y pese al indudable parecido, lo más recomendable es darles una oportunidad a ambas versiones, puesto que cada medio tiene su atractivo particular. En la serie podemos disfrutar del buen hacer de sus dos actores principales: el norteamericano Patrick Fugit, al que descubrimos como álter ego adolescente de Cameron Crowe en la estupenda Casi famosos y al que hace poco recuperó David Fincher como uno de los policías de Perdida, interpreta al protagonista, Kyle Barnes, el descastado del título, un hombre amenazado por entidades sobrenaturales que poseen a sus seres queridos; y el británico Philip Glenister, al que echábamos de menos desde que hace una década fuera el inolvidable Gene Hunt de otra serie magnífica: Life on Mars, encarna al reverendo Anderson (por así decir, para entendernos, "el padre Karras de Kirkman"). En cuanto al cómic, obviamente, sus lectores podrán disfrutar del espléndido arte gráfico del dibujante Paul Azaceta, aquí en perfecta comunión artística con el libreto de su colega.

Y ya que hablamos del trasvase del noveno arte a la pequeña pantalla, veamos ahora un caso opuesto: aunque nacido en las páginas de varias novelas, fue la televisión quien popularizó las andanzas de Dexter Morgan, técnico forense del Departamento de Policía de Miami de día y justiciero homicida de noche. Una vez terminadas las ocho temporadas de la serie, el personaje dio el salto al cómic gracias al acuerdo entre Marvel y su creador, el novelista Jeff Lindsay. Quizá recuerden que ya les recomendé en su día el primer volumen de la colección; ahora, aquellos que echen de menos al personaje al que dio vida un impecable Michael C. Hall (entre los que me cuento) podemos disfrutar ya de su segunda aventura gráfica traducida a nuestro idioma, Dexter: Rumbo al sur, como la anterior escrita por el propio Lindsay y dibujada por Dalibor Talajic. En este relato, el protagonista se aleja de su territorio habitual y viaja a Australia para colaborar con las fuerzas de la ley en una investigación que no sorprenderá a los cinéfilos que recuerden el espléndido clásico de serie B El malvado Zaroff o alguna de sus variantes (muy especialmente, Blanco humano de John Woo). Pese a ello, se trata de una lectura indispensable para los seguidores del personaje, que descubrirán cómo su universo se expande -literal y metafóricamente- de la mano de su propio creador. Eso sí: dada la ambientación, y con la que está cayendo, se recomienda leer con el aire acondicionado puesto o con un buen ventilador.

Outcast se emite en Canal Fox España; Paria y Dexter: Rumbo al sur están editados por Planeta Cómic.

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