Abandonad toda esperanza

Un año cargado del mejor cine

Abandonad toda esperanza, salmo 64º
A finales del 2005 felicitaba a los lectores de El Periódico de Villena deseándoles un nuevo año cargado, entre otras satisfacciones, de buen cine. Ahora que el 2006 casi es historia podemos constatar que al menos ese deseo se ha cumplido.

Y es que este año, si ha dejado estupendas novelas y maravillosos cómics, donde ha brillado especialmente ha sido en la cartelera. El curso pasado contó con estupendas películas de autores tan variopintos como Clint Eastwood, Emir Kusturica, David Cronenberg, Kim Ki-duk o Steven Spielberg. Pero es que el cine del 2006, salvo (contadísimas) excepciones, no nos ha deparado otra cosa que horas y horas de regocijo.

Precisamente Steven Spielberg estrenó Munich, una de las dos grandes obras maestras que nos deja esta temporada; en la línea de los thrillers políticos de los 70 que filmaran Pollack o Pakula, el director de Tiburón ofrece casi tres horas de cine con mayúsculas.

La suya sería la mejor película del año si no fuera por Martin Scorsese, perro viejo que con Infiltrados ha vuelto a ofrecer lo mejor que sabe hacer: mostrar la ambigüedad de la condición humana a través de historias plagadas de mafiosos de poca monta.

Pero no han sido estas dos las únicas grandes películas del 2006: el cine de terror deparó sorpresas inesperadas como la controvertida Hostel o la brutal Las colinas tienen ojos, cintas ambas que demostraron la validez como denuncia política de un género muchas veces menospreciado como menor.

Después de Camino a la perdición, Sam Mendes volvió a acertar con Jarhead, su visión de la Guerra del Golfo; Nicolas Cage y Michael Caine estuvieron magníficos en esa comedia tan amarga titulada El hombre del tiempo, y participaron en las también geniales El señor de la guerra e Hijos de los hombres; y Neil Jordan filmó uno de sus mejores trabajos, Desayuno en Plutón, con un inolvidable Cillian Murphy.

Y eso no es todo: V de Vendetta se convirtió en una de las mejores adaptaciones jamás hechas a partir de un cómic; George Clooney filmó la magnífica Buenas noches, y buena suerte y protagonizó la estupenda Syriana; y el también actor Tommy Lee Jones debutó como director con la lírica Los 3 entierros de Melquíades Estrada.

También ha habido decepciones, claro está: Polanski, más académico que de costumbre, defraudó con su versión de Oliver Twist; Wenders, con Llamando a las puertas del cielo, nos hizo añorar trabajos anteriores; Woody Allen filmó con Scoop uno de sus títulos más ligeros; y sobre todo M. Night Shyamalan, que con La joven del agua rompió la sucesión de obras maestras que nos venía ofreciendo en años anteriores. Pero como decíamos, éstas fueron excepciones en un 2006 repleto de maravillosas películas.

Así pues, sólo me queda desearles a todos nuestros lectores un maravilloso año 2007, pero esta vez no pediré que el cine que nos traiga sea tan bueno como el de este año; aun siendo poco peor ya nos podremos dar con un canto en los dientes.

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