Un preso peligroso de Villena hiere a dos funcionarios y se autolesiona para salir al hospital
El interno arrancó la ventana de su celda y animó a otros reclusos a causar destrozos, según la asociación «Tu abandono me puede matar»
Dos funcionarios de la cárcel de Villena resultaron heridos el pasado domingo en un grave altercado provocado por un preso catalogado como «muy peligroso» que se autolesionó para salir al hospital y a su regreso atacó a los trabajadores del centro penitenciario. Así lo ha denunciado la asociación «Tu abandono me puede matar», colectivo que asegura que el recluso causó numerosos destrozos en su celda y en otro departamento de la prisión, además de animar a gritos a otros internos a hacer lo mismo y amenazar con matar a un funcionario.
La asociación «Tu abandono me puede matar» denuncia las situaciones límite que tienen que sufrir los funcionarios de prisiones prácticamente a diario y pese a ello critica que no se les reconozca como agentes de la autoridad en este tipo de agresiones. Además de este inconveniente, se quejan en un comunicado de que trabajan con «medios materiales obsoletos y no acordes a la actividad de riesgo que realizan».
El incidente denunciado se produjo el pasado domingo sobre las cinco de la tarde. Según «Tu abandono me puede matar», un preso corpulento, que pesa más de 120 kilogramos y está clasificado como primer grado y catalogado como muy peligroso, destrozó la ventana de su celda y la arrancó. A continuación comenzó a ingerir cristales y trozos de metal con la intención de ser trasladado a un hospital, algo que consiguió porque se autolesionó en un brazo al cortarse con un cristal.
Traslado. Los médicos de la prisión acordaron su traslado a un centro hospitalario fuera de la cárcel y tras ser atendido regresó a Villena sobre las once de la noche. La Guardia Civil entregó al interno en el departamento de ingresos y cuando le quitaron las esposas comenzó a alterarse nuevamente. De acuerdo a un comunicado de «Tu abandono me puede matar», el preso se puso a gritar diciendo que no le habían hecho caso en el hospital y que iba a matar a un funcionario.
Acto seguido lanzó un ordenador al suelo y empezó a agredir a puñetazos a los funcionarios que le custodiaban. A uno de ellos le arrojó una silla causándole lesiones en una rodilla, mientras que al jefe de Servicios lo zarandeó con violencia, le arrancó la ropa y le causó una lesión en una muñeca. El conflictivo preso pudo ser reducido finalmente por otros funcionarios que acudieron a auxiliar a sus compañeros y por los guardias civiles que le habían custodiado en el hospital. Tras unos minutos de gran tensión pudieron contener la brutal agresión, aunque el preso continuó toda la noche intentando alterar el centro y animando a otros reclusos peligrosos para que destrozaran sus celdas.
Dos funcionarios tuvieron que recibir asistencia médica en la enfermería de la prisión y además de herir a estos trabajadores el preso causó «cuantiosos destrozos en el mobilario» del centro, según «Tu abandono me puede matar». El colectivo indica que las directrices de la Secretaría de Instituciones Penitenciarias marcan que no se actúe ante internos conflictivos, por lo que, ante la falta de medios, «no se pudo hacer nada más que esperar a que el cansancio hiciera efecto y la situación baja de intensidad».