Economía

Villena estudia redactar un Plan Especial para delimitar la instalación de plantas solares

El ayuntamiento apuesta por “ordenar” el territorio en lugar de modificar el PGOU, como ha planteado Castalla

Pocos días después de que Castalla —con nueve fotovoltaicas proyectadas— decidiera iniciar una modificación de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para zonificar el suelo en el que se podrían ubicar, Villena ha revelado al diario Alicante Plaza su estrategia para regular la situación.

En palabras del concejal de Urbanismo, Javier Martínez, el equipo de gobierno local está “estudiando la posibilidad de crear un Plan Especial que no suponga un blindaje contra la llegada de plantas fotovoltaicas, sino que delimite los espacios en los que sí procede que las haya”.

Como ha repetido estas últimas semanas, el edil socialista recuerda que el objetivo de Villena en la gestión de esta fiebre solar es “guardar el equilibrio y buscar la ordenación para que las plantas que se instalen respeten siempre todos los parámetros paisajísticos y ambientales”. Entendiendo, por tanto, que la apuesta de Villena por las energías renovables es sólida, Martínez concreta que, así como Castalla pretende “blindarse” ante la avalancha fotovoltaica, Villena aboga por “ordenar” el territorio. “Ese es el matiz con respecto a Castalla”, concluye.

Según el concejal, hay una diferencia importante entre ambas localidades que cabe tener en cuenta: el término municipal de Castalla ocupa unos 110 km cuadrados, mientras que el de Villena abarca cerca de 345. Proporcionalmente, por tanto, en el primer caso, “las plantas son más invasivas y el impacto puede ser mucho mayor”, apunta.

En concreto, todas las plantas proyectadas en Castalla ocuparían una superficie cercana a las 800 hectáreas. Con este dato, podría entenderse, entonces, que la postura del consistorio fuera tan firme: “En el Ayuntamiento, estamos totalmente en contra de acoger estas mastodónticas instalaciones en nuestro pueblo, que supondrían un enorme impacto paisajístico y para el medio ambiente”, manifestaba días atrás el alcalde de Castalla, Antonio Bernabéu.



Poco útil modificar el PGOU

En el caso de Villena, la gran extensión del término conllevaría, según Martínez, un arduo y largo trabajo “para plantear las protecciones y los pormenores de cada zona”. En este sentido, el edil teme que, si recurren a la modificación del PGOU como ha hecho Castalla, el proceso dure tanto tiempo que lo que se defina en él “quede desfasado en el momento de la actuación”.

Así pues, considerando que, “si no se establece algún tipo de moratoria, los cambios en el ordenamiento no se pueden aplicar con un carácter retroactivo”, el equipo de gobierno villenense prefiere garantizar que, si llegado el momento, se plantea algo similar, “tenga un carácter efectivo y no se dé esa paradoja”.

En concreto, Villena pretende evitar que el nuevo plan deje fuera de ordenación a las plantas que ya tenían el visto bueno para instalarse. En esta línea, el edil de Urbanismo confiesa que el último estudio de paisaje del que dispone su Ayuntamiento se realizó unos cinco años atrás, en la legislatura anterior. Sin embargo, asegura que, a pesar de ser un documento relativamente reciente, no se refiere a este tipo de infraestructuras: “Esto es un boom que ha venido en cosa de dos años de manera espontánea y que, por tanto, ningún ordenamiento contempla”.

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