Medio Ambiente

Villena ya tiene el olfatómetro que le permitirá medir y certificar el origen de los malos olores

El alcalde y el concejal de Medio Ambiente han presentado en rueda de prensa la última adquisición del ayuntamiento para combatir el problema de malos olores que reiteradamente sufre nuestra ciudad: un olfatómetro que permite medir la frecuencia, intensidad y duración de los olores, que ha permitido ya ganar dos sentencias en el Tribunal Superior de Justicia de Murcia y cuya metodología ha sido respaldada por el Defensor del Pueblo.
José Cid Montañés, director técnico de la empresa Socioenginyeria S.L, ha presentado la máquina, un sencillo aparato que, acompañado de una pequeña estación meteorológica portátil, permite controlar sin previo aviso, a cualquier hora y desde cualquier lugar la frecuencia, intensidad y duración de los olores, facilitando la elaboración de promedios valorados “objetivamente y a la baja”. Compuesto por un cuerpo con filtros y una máscara nasal, se trata de “una pequeña obra de ingeniería inventada en EEUU y que poco a poco comienza a usarse en España, donde ya ha permitido ganar sentencias judiciales y ha contado con el respaldo del Defensor del Pueblo, que entiende que la metodología es correcta y válida”.

Para su uso, será necesario un curso de formación de las personas que vayan a utilizarlo, los técnicos de Medio Ambiente e Industria del ayuntamiento y dos policías locales con capacitación en temas medioambientales. De este modo, y en cuanto se detecte algún pico de olor, el ayuntamiento podrá mandar un equipo al posible foco, hacer las mediciones oportunas y, con la certificación de la medición realizada por un agente policial, presentar la correspondiente denuncia ante el Seprona o cualquier otra instancia. El coste de todo el servicio (olfatómetro, estación meteorológica y cursos de formación) asciende a unos 5.000 euros.

Una nueva herramienta para luchar contra los olores
Tanto Esquembre como Molina coincidían en señalar que el problema de los olores “es una de las mayores molestias que sufre nuestra ciudad” y recordaban que “controlarlo y paliarlo es una antigua reivindicación que hicimos nuestra cuando estábamos en la oposición”. Más allá del problema de la planta de basuras, decía el alcalde, “también nos servirá para otras cuestiones, como problemas de olores en comunidades de vecinos o el alcantarillado”.

En definitiva, concluía Molina, “es una herramienta que nos va a permitir complementar a la ordenanza sobre control de olores que ya aprobamos”. Esto no “va a acabar de por sí con el problema”, añadía”, pero “nos va a permitir actuar cuando queramos y documentar las mediciones, con todo el valor jurídico que ello supone”.

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