De recuerdos y lunas

Almorávides

De cumplirse el objetivo de nuestro paisano José Vicente Arnedo Lázaro, diez u once tomos compondrán su "Historia de la Comparsa Bando Marroquí de Villena. Fundada en 1866". El segundo tomo, exclusivo sobre los Almorávides, escuadra especial de la Comparsa, se presenta ahora. Dos de diez... Dos de once... El futuro dirá.

Cuando el primer tomo, Arnedo nos pidió opinión sobre el método elegido para desarrollar su ambicioso proyecto. Desde nuestra experiencia le aplaudimos el que para realizar su trabajo optara por temas antes que por cronología porque esta opción por contenidos le permitiría más libertad a la hora de escribir y organizar la obra esquivando la tiranía que el orden cronológico determina en el narrar los hechos. Esta opción metodológica es la que le ha posibilitado con la libertad de quien crea dedicar este segundo tomo a los Almorávides, una escuadra que cumpliendo veinticinco años hace dos años es juventud al contraste del pasado secular de las Fiestas villenenses. Habrá quien considere que se precipita una historia que podría esperar ante otras historias más viejas por contar, pero el aprovechamiento de la efemérides del cuarto de siglo celebrado con pompa y boato en el año 2007 por los Almorávides ha hecho que la atención historiadora, normalmente atraída por lo más viejo, se ocupe en esta ocasión por algo más contemporáneo. De cualquier modo, que se dedique un tomo de la historia de una comparsa a contar la historia de una escuadra no es anécdota. En primer lugar, a quien escribe le parece importante que la historia de una escuadra se historie en el conjunto de la comparsa a la que pertenece. No al margen ella. En segundo lugar, si hay un aspecto entre tantos de los que nos sugiere la Fiesta que ha de llamar el interés de los estudiosos es el fenómeno de las escuadras especiales.

Respecto a lo primero, cuando tuvimos el honor de participar en las jornadas de "Entrefiestas" en aquella inolvidable tarde en la sede de los Piratas compartida en la mesa con Conchi García, Francisco Martínez, Vicente Rodes y Ginés Pardo y con el público festero que tuvo lúcidas intervenciones, mostramos nuestra preocupación por la existencia de escuadras especiales que miran por encima del hombro a los socios de la comparsa y se aíslan creando como secta –mi padre decía "capillita"– un círculo exclusivista que mina la cohesión de la comparsa. Esto frente a otras escuadras, como la de Almorávides, cuyos desvelos se ofrecen para enriquecimiento y orgullo de la comparsa. Por ello es satisfactorio que la escuadra de Almorávides, que además ha recibido de su comparsa el título honroso de "Marrueco Ejemplar", aparezca historiada como común de la Historia del Bando Marroquí. No como aparte.

Respecto a lo segundo, en el I Congreso Nacional de la Fiesta de Moros y Cristianos, celebrado en Villena en 1974, el erudito Joaquín Barceló ya planteó algunos interrogantes de interés que retomó con aguda inteligencia Sebastián García Martínez en 1985, en Onteniente, en el II Congreso.

Historiando a los Almorávides del Bando Marroquí –esta coletilla "del Bando Marroquí" la escribo a plena conciencia leído lo escrito por Arnedo– se nos adelanta un filón que necesariamente habrá de dar estudios de interés para quienes quieran conocer la Fiesta en sus entresijos económicos y sociales. Económicos porque las escuadras especiales han revolucionado las cuentas ya revolucionadas por otros aspectos en los Moros y Cristianos, en lo social porque han devuelto, igual que las peñas, la familiaridad perdida por la masificación de las comparsas, esto con el riesgo de romper ese sentimiento común indispensable para que la comparsa sea comparsa.

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