Cese la indiferencia

Lleva la Unión Europea, y por tanto sus países miembros, años dando algunos tumbos, alejándose de esos valores fundacionales que son su razón de ser: convivencia, justicia, paz, derechos humanos... Años mirando de reojo, mirando para otro lado, torciendo el cuello seducida por las propuestas neoliberales. Y así, junto a la creciente pobreza por acción de las políticas de recortes sociales, vemos también como la indiferencia ante las tragedias va en aumento.

En los últimos días, los hechos provocados por el gobierno Turco como arma frente a su postura belicista en la guerra de Siria y la respuesta represiva de Grecia con el consentimiento de la Unión Europea hace que podamos declarar una grave vulneración de los principios de la Unión Europea.

Empujadas hacia Grecia por los turcos y devueltos por las fuerzas griegas, las personas migrantes -en su mayoría procedentes de Siria y Afganistán- se encuentran totalmente desamparadas. Pero la UE lejos de apostar por las políticas humanitarias, refuerza la actitud represiva griega poniendo en juego su credibilidad y sus valores fundamentales. Las personas migrantes no deben ser vistas como una amenaza a la seguridad; son personas en una situación vulnerable que necesitan nuestra ayuda.

Pedimos a la UE que defienda los derechos fundamentales y, en particular, el derecho de asilo en las fronteras de Europa. La brutalidad que sufren actualmente los refugiados atrapados en las fronteras de Grecia debe detenerse de inmediato.  El uso de la disuasión militar y la violencia es ilegal e inhumano. ¡No nos hundamos en la indiferencia y encontremos a la humanidad!

Todos los países deberían participar en la acogida de migrantes en la proporción adecuada cumpliendo sus compromisos. Grecia por sí sola no puede soportar esta nueva afluencia de personas refugiadas y la acción europea conjunta es esencial.

La situación en la frontera greco-turca pone de manifiesto el evidente fracaso de la política de recepción europea. El acuerdo cínico con Turquía, centrándose  exclusivamente en los controles fronterizos, se traduce en la criminalización de las personas en situación de movilidad y alimenta un pánico irracional.

Esta situación, provocada por la guerra en Siria,  hace aún  más necesario que la UE no mire hacia otro lado e intensifique sus esfuerzos diplomáticos para negociar el fin de la guerra en Siria y proporcionar apoyo humanitario a las personas recién desplazadas en la región de Idlib.

Como ya denunciamos en su día con la moción presentada por el grupo Verde en el pleno de  Marzo de 2016 en contra del acuerdo UE Turquía,  estos dramáticos eventos confirman que este acuerdo no es, ni fue, buena medida  para responder al creciente número de personas que necesitan protección. La UE debe  diseñar políticas humanas que estén enraizadas en sus valores  como la solidaridad y el reparto de responsabilidades, y que cumplan plenamente con los derechos fundamentales. Reconozcamos la necesidad de implementar políticas integrales a largo plazo que incidan en las causas que conducen a la migración forzada.

Desde la asamblea  Verde pedimos también que se detenga la deportación de personas refugiadas sirias a Turquía, ya que se enfrentan a un traslado forzoso al norte de Siria. El pueblo turco, sirio y kurdo no debe ser utilizado como moneda de cambio para ninguna negociación con Turquía sobre el apoyo conjunto para las personas refugiadas.

Vemos con satisfacción la iniciativa de la presidencia finlandesa de crear una "coalición de los países dispuestos" para garantizar que el derecho a solicitar asilo en la UE esté garantizado para los migrantes que son rescatados en el Mediterráneo.

Cese la indiferencia.