Vida de perros

¿Despedida? a Celia Lledó

Que la señora Celia Lledó, anterior alcaldesa de nuestra ciudad y presidenta del Partido Popular de Villena, en los primeros días del mes de junio, casi a un año de la convocatoria de Elecciones Municipales, anuncie a la ejecutiva de su partido su decisión de no encabezar las listas electorales de la formación para los próximos comicios no debe ser motivo de sorpresa. Al menos no de gran sorpresa: no solo lo hace dentro del timing adecuado, sino que además lo hace sin…, digamos, dejar la casa hecha unos zorros, al menos en cuanto a lo poco que alcanzamos a conocer en el seno de una organización tan reservada con sus cosas (en los próximos meses veremos).
La señora Lledó ahora “trabaja en otros menesteres profesionales ajenos a la política”, lo cual representa una razón de peso que debe ser respetada. Además tampoco ha ostentado la portavocía de su partido ni ha sido una de las concejalas de la oposición liberadas por el ayuntamiento. De modo que, salvo por sus Cartas al Director –escritas con su nombre y apellidos, no como presidenta del PP local– su presencia pública no se ha impuesto (públicamente) a las voces oficiales de su partido. Por eso reitero que no debería ser una gran sorpresa esta renuncia a la candidatura popular. Porque en apariencia, en la piel del asunto, es todo bastante coherente.

La señora Lledó se marcha de los primeros puestos. Muy atrás quedan cuatro años donde dejó claro su modo de entender las formas políticas en general y la gestión municipal en particular. Fue un período de gobierno conflictivo que debió ser muy duro de vivir, y que ella decidió afrontar con una postura belicosa, valiente y obstinada. La postura de una guerrera que solo piensa en alcanzar los objetivos sin tener en cuenta ni las bajas ni los daños colaterales, avanzó con entrega como si no hubiera un mañana (éste que hoy padecemos). Y así Villena caminó hacia delante: en cuanto a infraestructuras y endeudamiento principalmente.

Pero hoy se trata de escribir unas palabras de despedida y resulta que no es sencillo escribirlas desde este teclado sin comenzar a recordar todas las palabras que le he dedicado referidas a tantas cosas que todavía quedan pendientes. O no, quizás no es una despedida, al menos hasta el próximo congreso donde su militancia decida si ella debe continuar manteniendo la presidencial local del PP. Pensando en ello ahora me resulta extraño todo este asunto que espero no ver convertido en una lucha por el poder, de esas que recuerdan terriblemente a Shakespeare –o a Juego de tronos, o a Falcon Crest si lo prefieren–. No lo sé. Quizás sea una impresión que tengo por la coincidencia de fechas: fue también un junio antes de los comicios locales cuando se abrió la brecha en el PSOE villenero.

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