Economía

El mejor curriculum, paso a paso

El currículum es nuestra carta de presentación ante un posible empleador, y por tanto debe mostrar nuestra mejor cara

Como es bien sabido, el curriculum vitae es el documento que recoge nuestros principales datos personales, formativos y profesionales que se muestran a la hora de optar a un empleo.

Es el primer paso en el proceso de selección y, por lo tanto, debemos conseguir que sea tan atractivo como sea necesario para ser uno de los elegidos, lo que nos dará paso a una entrevista personal. En definitiva, será la primera impresión que ofrezcamos a nuestros potenciales empleadores, y por ello debemos intentar que sea lo mejor posible, algo para lo que te invitamos a seguir estos pasos:

Claridad ante todo

No solo tú optas al puesto de trabajo. Seguramente seréis decenas o cientos de candidatos, es decir, que el responsable del proceso de contratación deberá revisar muchos documentos como el tuyo. Hay infinidad de ejemplos de curriculum, pero todos deben tener algo en común: evitar la información superflua, huir de formatos y tipografías incómodos, etc.

Facilita su lectura

Un buen curriculum es aquel que se lee rápido. Y al mismo tiempo, mostrar una imagen perfectamente clara de quiénes somos y de dónde venimos. Para ello, una estructura clara y sencilla es fundamental, destacando por encima de todo aquellos aspectos más asociados al puesto al que se opta. Y sí, mejor todo en un folio. Evita el segundo folio por encima de todo.

Lenguaje fácil, frases cortas

En un buen currículum no hay que andarse por las ramas ni pretender abrumar al responsable de la selección. Se trata de responder del modo más sencillo posible a las tres cuestiones clave: qué, cuándo y dónde.

Enfócate en la oferta

Puede que tu currículum sea abrumador, con amplios estudios y una larga experiencia, pero no olvides nunca que optas a un puesto concreto con unas habilidades concretas. Intentar destacar esos datos por encima de los demás. Una buena fórmula puede ser usar las negritas para destacar esas habilidades o experiencias.

No olvides la carta de presentación

La carta de presentación es una buena forma de complementar nuestro curriculum. En ella, podemos destacar datos diferentes a los del currículum, subrayar nuestras aptitudes o mostrar nuestro conocimiento sobre el sector. Eso sí, la carta debe ser igualmente breve y escueta, y si te vas a limitar a repetir los contenidos del curriculum, mejor ni la escribas.

Cada cosa en su sitio

Nada mejor para facilitar la lectura y ponerle las cosas fáciles al seleccionador que estructurar nuestro curriculum por categorías, empezando por nuestros datos personales y siguiendo por nuestra trayectoria laboral y académica.


Una imagen vale más que mil palabras

Aunque algunas empresas ya apuestan por solicitar su currículum sin imagen ni datos personales, para evitar discriminación por sexo u otros motivos, lo cierto es que la mayoría sigue apostando por el formato tradicional, fotografía incluida. La imagen no debe ser oscura, y además trasladar una imagen positiva y profesional de nosotros mismos. No lo olvides: siempre es más fácil recordar una cara que un nombre.

Apóyate en tus redes

Además de nuestros datos personales, como la edad, el domicilio o el e-mail o teléfono de contacto, no debemos dejar pasar la oportunidad de enlazar nuestra web, si la tuviéramos, o nuestro perfil en portales como LinkedIn, donde el seleccionador puede acceder a información extra sobre nuestra formación o trayectoria laboral.

Más allá de la información académica

Un buen currículum no debe limitarse a reflejar nuestros títulos formativos. Es muy recomendable, cada día más, añadir otro tipo de conocimientos o habilidades, empezando por los idiomas y siguiendo por las herramientas ofimáticas, de creatividad y diseño o de gestión que sepamos manejar correctamente.


Trayectoria profesional

Nuestra experiencia laboral previa es fundamental a la hora de optar a un nuevo puesto de trabajo, ya hablemos de prácticas o empleos, pero tampoco conviene saturar al seleccionador. Si tenemos una larga trayectoria laboral o muchos empleos de poca duración, es mejor centrarnos únicamente en aquellos que se más aproximen a la realidad del trabajo al que estamos aspirando.

Evitar los agujeros negros

En ocasiones, es inevitable que algunas personas presenten un gran vacío temporal entre un trabajo y otro. Si por el motivo que sea es tu caso, es muy recomendable aclarar qué hemos hecho durante ese tiempo –será, al 100%, una pregunta que te harán durante la entrevista–, por lo que, si has aprovechado ese tiempo para formarte o viajar para aprender otro idioma, no olvides incluirlo en tu trayectoria profesional o formativa, aunque no tenga relación directa con el trabajo al que aspiras.

¿Orden de importancia o cronológico?

Hay quienes piensan que es importante destacar las experiencias formativas y laborales más importantes de su carrera, pero si éstas están muy alejadas en el tiempo, podrían reflejar un estancamiento en nuestra carrera.

Por regla general, lo ideal es apostar por un orden cronológico inverso, poniendo primero nuestras últimas experiencias laborales, complementadas, de forma breve, con las labores llevadas a cabo y el cargo que se ha ostentado.

Ignorar el orden cronológico puede confundir al responsable de la selección, que tal vez no tenga la paciencia suficiente para aclarar el rompecabezas que le hemos enviado.


Datos complementarios

Algunas personas optan por completar sus curriculums con información sobre la práctica del deporte en equipo o sus inquietudes artísticas, por lo que se corre el riesgo de acabar llenando nuestra solicitud de tópicos que acaban aburriendo al seleccionador.

En nuestra opinión, usa solo este recurso si puedes aportar valores o capacidades directamente relacionadas con el puesto al que optas.

Unos últimos consejos

No presentes fotocopias, sino documentos originales, lo que demuestra un mayor interés, y no olvides adjuntar una buena carta de presentación. Por supuesto, cuida el diseño y no cometas el error, imperdonable, de presentar un documento mal escrito o con faltas de ortografía. Y nunca olvides que las mentiras tienen las patas muy cortas, así que ni se te ocurra mentir o inflar tu currículum.

Por último, no trabajes con un único documento ni lo envíes de forma aleatoria. Crea modelos diferentes según al puesto al que optes, potenciando siempre aquellas experiencias y conocimientos más afines al empleo deseado.

¡Buena suerte!

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