Lo que pienso de

Escaparates electorales

No me negarán que la pasada campaña electoral si se ha destacado en algo, ha sido en la cantidad y en la variedad de medios que los partidos han utilizado para hacernos llegar sus promesas. Hemos tenido de todo: desde globos con o sin payasos, plantas y rosas, pegatinas, caramelos, etc.
A mí de todas las artimañas empleadas la que más me impresionó fue la de los escaparates electorales. He llegado a pensar que de todo lo que se ha hecho, ésta es la que más futuro tiene. Un escaparate electoral tiene unas posibilidades infinitas. En estas elecciones sólo han sido utilizados en algunos comercios para poner una y otra vez el video de la plaza de toros. Pero si lo piensan bien y le ponen un poco de imaginación, verán como se les ocurren un montón de cosas que los políticos podrían hacer en un escaparate electoral. Desde poner un vídeo como se ha hecho en esta ocasión, hasta exponer en maquetas hechas con palillos todas las cosas que prometen en sus programas, incluso se puede sacar rendimiento a las figuras de los Reyes Magos de tamaño natural en las que nuestros hijos entregan sus cartas pidiendo sus deseos; es sencillo, se coge el rey en cuestión, se le pone una camiseta del partido por el que el comercio se inclina y se le dice a los electores que les pidan a los políticos todo lo que quieran que hagan.

El único inconveniente que le veo yo a lo de los escaparates electorales es que los electores podemos llegar a pensar que además de los partidos políticos, también se presentan a las elecciones los comerciantes. Porque fíjense, si un comercio pone en su escaparate cosas sólo del PP, pues los votantes del PSOE se la guardarán y una vez pasadas las elecciones no comprarán un euro en ese comercio, o al revés. Por otro lado con lo largas que están resultando las campañas electorales, que empiezan prácticamente en Navidad y acaban cinco meses después, poco van a poder disfrutar los clientes abstencionistas que simplemente buscan en el comercio los productos habituales que cada uno suele poner en su escaparate. Lo que al final acabaría afectando a la cuenta de resultados del comercio. Porque si por un lado pierdes una parte de las expectativas de compra, porque los que se inclinan por el partido adversario al que tu expones en tu escaparte no van a entrar a comprarte, y por otro lado los que buscan en tu escaparte tus productos habituales no los encuentran y se encuentran un vídeo, un Papá Noel o unas figuritas de palillos y se van a otro comercio, la llevas clara. Eso sólo si fichas únicamente para unas elecciones, que si encima te pillan el escaparate para las elecciones generales, para las europeas, para el referéndum de que la romería vuelva a ser el día 5 o para dónde se pone el parking, más vale que les alquiles el local y te vayas a otro sitio. Pero entonces ya no interesará, porque esto de los escaparates electorales tiene su morbo, y no es lo mismo que lo que prometen los políticos se entremezcle entre lo que venden los comerciantes y que sean las mismas dependientas de la tienda quienes informen a los clientes de lo que van a hacer estos y de lo mal que lo hicieron los otros, que encontrarse un escaparate soso, sin gente y más aburrido que las tiras de fotos y precios de una inmobiliaria.

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