Lo que pienso de

Fofito y la alcaldesa

Ya ha pasado todo amigas. La escalera, el barrio, el pueblo y el mundo han vuelto a la normalidad. Ya se ha ido la Navidad, aunque no del todo, porque los arcos siguen colgados, seguramente porque todavía los tienen que terminar y lo más probable es que nos los quedemos por aquí algún tiempo. Pero los últimos coletazos de la Navidad han tenido su aquel: recibimos la visita de Fofito y cómo no, la alcaldesa lo recibió para contarnos después, emocionada, que era su ídolo de la infancia. El mío también, algo en común debemos tener ella y yo. Aunque yo pensaba de verdad que era Rody Aragón, que es un poco más joven.
Lo cierto es que me quedé un poco transpuesta escuchándola presentar al payaso, más teniendo en cuenta las pocas veces que se presta la alcaldesa a dirigirnos la palabra. Creo que la última vez que la escuché fue presentando un libro, o a un músico. Pero explicarnos, lo que se dice explicarnos, las cosas que están pasando, la verdad es que no lo hace. No lo hace mal la chica como presentadora, todo hay que decirlo, pero yo pienso que ya que se pone, en vez de salir en la radio presentando payasos, músicos y libros, podría decirnos qué vamos a hacer con la Plaza de Toros, por poner un ejemplo.

Y es que esas cosas de presentar no es que las pueda hacer cualquiera, pero seguro que tiene en el ayuntamiento mucha más gente que las haga, desde sus familiares hasta todos esos asesores que tiene contratados. Pero salir en la radio y no explicarnos cuándo van a poner la propaganda en la ortodoncia de la Plaza de Toros, o si ha hablado ya con alguien de Hacienda para que vuelva a Villena, si es que alguna vez se fue, o por qué el agua de Cullera sirve para regar arroz y naranjas y no sirve aquí para regar carlotas. Esas son las cosas que yo pienso que son las que la gente espera que les cuente la alcaldesa, no que nos recuerde su infancia, que cada una hemos tenido la nuestra.

Porque entre saber cuándo empiezan las obras de la Rambla Conejo y descubrir que Fofito era un ídolo para ella, va un trecho. A mí me gustaba mucho más Gabi, que era más simpático, pero supongo que eso no tiene ningún interés para quien me lee. Si yo me hubiera cascado una columna hablando de lo feliz que me sentía cada vez que los payasos aparecían por la tele, o que me sabía todas las canciones de memoria, desde “Susanita” hasta “Vamos de paseo”, el Director del periódico me diría “oye Rosa, para hacer terapia con tu infancia escribe un diario, pero no nos des la murga a nosotros ni a los lectores, que ya tienen bastante”. Pero seguramente, como dice orgulloso mi vecino el del primero, “para eso han sacado doce concejales, para hacer lo que quieran”. Pero yo pienso que cada cual debe cumplir con el papel que le ha tocado: mi panadera hace pan, pero no se le ocurre peinar en la panadería por muy buena mano que tiene para arreglar las cabezas; los que están en la gasolinera ponen gasolina y venden todo lo que allí tienen, pero cuando vamos a poner gasolina no se les ocurre hacernos demostraciones del Tuper Ware. Pues en el caso de la alcaldesa tiene que ser lo mismo: no la han elegido para presentar payasos o para salir en las fotos, porque si lo que quería era únicamente salir en las fotos lo que tenía que haber hecho es presentarse de Regidora.

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