El Volapié

La elegancia del valor

Este es el lema que ha empleado el Museo Taurino de Valencia, que en cooperación con la Fundación Caja Murcia, ha organizado una exposición en torno a la figura del diestro Vicente Barrera con motivo de su despedida de los ruedos. Ya se sabía que esta retirada iba a dar mucho de sí por tratarse de una figura de su talla y por el planteamiento que el propio torero está haciendo de la misma.
Si visitan Valencia por estos días de Fallas y quieren visitar la muestra, sólo han de ir dando un paseo desde la Estación del Norte hacia el Ayuntamiento y la encontrarán a medio camino por la acera de la izquierda. La entrada es libre y muy recomendable. Además, una vez superado lo más caro y costoso, que es el montaje, el maestro pretende darle un cariz divulgativo y que pueda convertirse en una exposición itinerante que ojala podamos admirar en la Plaza de Toros de Villena. Pero claro, esto depende de tantos factores…

Precisamente el pasado sábado Vicente Barrera abrió la Feria de Fallas –que todavía continuará este fin de semana– comenzando así la temporada y demostrando su grandeza como torero y como persona.

Había estado lloviendo sin parar en la ciudad del Turia desde el mediodía anterior y la mayoría aterrizamos sin la certeza de que la corrida pudiera celebrarse. Por cierto, muchos aficionados villenenses en los toros. Como a la hora del sorteo cesó la lluvia, e incluso el sol se asomó esporádicamente, y como estaba todo el papel vendido, y como el cartel era el que era, la empresa y los toreros decidieron jugársela y tirar hacia adelante. Entonces los operarios del coso comenzaron a retirar con palas y camiones todo el barrizal en que se había convertido el albero –que ni con una semana de sol se hubiera secado– y rehicieron el ruedo con arena seca.

Así, con el mínimo retraso, se abrieron las puertas para que hicieran el paseíllo puntualmente Enrique Ponce, Vicente Barrera y El Juli. Si prometedor era el anuncio de los toros de Victoriano del Río, a la postre dieron al traste con una corrida que había despertado una enorme expectación. Enrique Ponce se mantuvo en línea y El Juli toreó tan a placer el único toro válido y ya verán como en todo el ciclo valenciano nadie bajará la mano tanto como él. Aparte de la calamidad de las reses, Vicente Barrera anduvo como desangelado durante toda la tarde hasta que su segundo se postró súbitamente y hubo de ser apuntillado sin que el diestro pudiese torear. En este punto reaccionó Vicente mostrando su tremenda personalidad y regalando al público un sobrero, supongo que para agradar y también para quitarse el mal sabor de boca.

Regalando significa pagando el toro de Zalduendo de su bolsillo, justo en el momento en que regresó la lluvia en forma de diluvio y apenas permanecimos en la plaza un millar de aficionados. La oreja fue lo de menos.

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