El Ordenanza

Lluvia de estrellas

El Ordenanza. Capítulo 107

Escena 1

  • Esta permantier de trufa es, sencillamente, impresionante, Aurora.
  • ¡Pero si sólo son patatas hervidas, con queso y poco más, Sira!
  • Unas patatas hervidas, con queso y poco más que saben a bocado de cardenal, cariño.
  • Gracias, mi vida.
  • Realmente, es un placer poder compartir esta noche con ustedes.
  • Señor alcalde, esta noche les hemos preparado un menú estelar. El postre lo servirá, dentro de un rato,

    Avelino.

  • Sabiendo el interés que la señorita Sira tiene por los fenómenos astronómicos, me he permitido informarme un poco sobre…
  • ¿Un poco, cariño? No sé si lo sabrán, pero Avelino es un apasionado a la astronomía desde niño.
  • He leído algunos libros y…
  • ¡Estoy deseando!
  • No se espere demasiado, Sira…
  • No sea modesto, Avelino. Seguro que nos deja con la boca abierta.
  • Me conformo con que, al menos, les entretenga un rato. Por cierto, exquisito vino, señor alcalde.
  • Es de los viñedos de aquí, de la Toscana. De las cepas de Jesús. ¡Benditas cepas!
  • Recuerdo que, cuando todos emparramos, él se resistió a hacerlo. Decía que la uva, al crecer cerca del suelo, absorbe toda la esencia de la tierra… y creo que tiene razón.
  • Es un gran hombre.
  • Yo lo quiero como si fuera de mi familia.
  • ¿Qué os parece si vamos fuera a tomar el café?
  • ¡Perfecto!

Escena 2

  • En general, la lluvia de estrellas está causada por cometas, pero hay excepciones, por ejemplo, las Cuadrántidas, provocadas por restos del pequeño planeta 2003 EH1 o las propias Gemínidas por el asteroide 3200 Phaneton. Como saben, el sistema solar está plagado de pequeñas partículas de polvo y pedazos de roca de mayor tamaño, procedentes de la formación de planetas o colisiones entre cuerpos del cinturón de asteroides. Cuando estas partículas impactan en la atmósfera de un planeta y se queman por la fricción con el aire, reciben el nombre de ‘meteoros’, aunque son comúnmente conocidas como estrellas fugaces.
  • ¿Seguro que sólo se ha informado un poco, Avelino?
  • Todo lo que sé, cabe en esta escena del capítulo, señor alcalde. El término “estrella fugaz”, pues, proviene de la luz producida cuando estas pequeñas partículas de polvo, con tamaños que oscilan entre unas pocas micras hasta unos pocos milímetros o incluso centímetros, impactan en las capas más altas de la atmósfera de la Tierra, ionizando el aire y emitiendo luz hasta su desintegración, debido a un elevado calentamiento súbito, como indica Cernuda.

Las estrellas fugaces pueden ser fenómenos aleatorios, cuando hay una interacción de alguna de estas partículas solitarias con la atmósfera, o parte de una ‘corriente de partículas’, y entonces las llamamos lluvia de estrellas.

  • ¡Apasionante!
  • Gracias, señorita Sira. Espero poder aportar algún detalle que usted desconozca y que no dude en rectificarme cuando yerre en algo. Sé que usted sabe del tema.
  • No creo que una aficionada como yo deba rectificarle, Avelino.
  • Todos aprendemos de todos, Sira.
  • Continúe, por favor.
  • Bien. Este último caso se da cuando, periódicamente, nuestro planeta atraviesa la ‘estela’ que un cometa deja a lo largo de su órbita alrededor del Sol. Este calentamiento provoca que vayan sembrando, en su movimiento, cierta cantidad de material, que queda distribuido a lo largo de su órbita.
    Cuando esas partículas de polvo, hielo y roca coinciden e intersectan las órbitas de nuestro planeta y la de un cometa, colisionan en grandes cantidades con nuestra atmósfera, dando lugar a gran cantidad de estrellas fugaces, o lo que conocemos como lluvia de estrellas.
  • Es usted una pasada, Avelino.
  • Entonces, cariño, ¿se verán muchas estrellas hoy?
  • Normalmente, durante una noche despejada y oscura, se pueden detectar sin ayuda de instrumentos hasta 10 estrellas fugaces por hora. Durante una lluvia de estrellas pueden llegar a verse hasta 100 cada hora.
  • Una pregunta: ¿por qué siempre se producen en las mismas fechas?
  • Por la propia lógica de las ‘coincidencias’, señor alcalde. Por ejemplo, las Perseidas se observan en el hemisferio Norte a mediados de agosto por los restos que ha dejado el cometa Swift-Tuttle en mitad de la órbita de la Tierra cuando la atraviesa. Y se llaman Perseidas porque su radiante (donde se encuentra la mayor densidad de materia desechada por el cometa) se asocia con la constelación que hay en esa dirección del cielo. En este caso la constelación de Perseo. Por otra parte, las Perseidas o las Gemínidas son las más ‘famosas’ pero, a lo largo del año, se producen decenas de lluvias de meteoros con diferentes intensidades y visibles en los diferentes hemisferios.
  • Es… ¡una pasada!
  • Y, por último, hasta el cielo no llegan solo estrellas fugaces y las lluvias de estrellas. Llegan muchas otras cosas, la mayor parte de ellas invisibles a simple vista, como pueden ser los rayos cósmicos y otros tipos de radiación; pero hay otras que sí tenemos el privilegio de observar, si estamos cerca de donde se producen, como pueden ser las auroras boreales, causadas por partículas procedentes del sol que inciden en la Magnetosfera. Ahora, les pido que disfruten, se emocionen y no se olviden de pedir sus deseos.

Escena 3

  • Este Avelino es una caja de sorpresas.
  • No hubiera imaginado que controlase tanto el tema.
  • A veces, me da rabia conocer tan poco de la gente que me rodea.
  • El día a día no da lugar, muchas veces, a profundizar en el otro.
  • Pero lo de Avelino es…
  • ¿Qué te ha parecido?
  • ¿Lo de Avelino? Si te digo que con el culo torcido me vas a decir que soy poco romántico…
  • Si no fueras un romántico, no me hubieras llevado a cenar con ellos.
  • Y, ahora, no estaríamos bajo esta manta, en pleno campo, viendo amanecer.
  • ¿Otro vino?
  • Mejor un chocolate con churros…
  • Creo que, a estas horas, ya debe estar abierta La Paloma.
  • Conduzco yo.
  • ¡Hecho!

¡Disfruten, tunantes!

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